Convocados por la Asociación Boliviana de Educación Católica (ABEC) y por el área de educación de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), unos 200 maestros provenientes de las diferentes regiones de Bolivia se dieron cita en la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba, durante tres días (del 5 al 7 de julio), para participar en el Encuentro Anual de Educación Católica que tuvo por tema: “Amazonía, surtidor de agua del mundo”.
“La educación está llamada a crear una ‘ciudadanía ecológica’ y un nuevo estilo de vida”, ha dicho la licenciada Raquel Reynods, presidenta de la ABEC, subrayando que también es necesario “celebrar una espiritualidad ecológica, fomentando una alianza entre la humanidad y el medio ambiente”.
En las conclusiones del encuentro también se acentuó que “la escuela tiene que potenciar la conversión ecológica”, en consonancia con la carta encíclica Laudato Si’, para lo cual deberá “fundamentarse en la crítica a la actitud consumista, la necesidad de una nueva conciencia ecológica como principio de la educación presente y futura, y el compromiso moral que tenemos con el cuidado de la creación”.
La escuela católica boliviana reconoce, de este modo, que “la ecología se vincula a la sociedad y a la economía”, y esta lógica deberá presidir su trabajo educativo para “contribuir a una cultura del cuidado que impregne toda la sociedad”.
De cara al Sínodo Panamazónico que se celebrará en Roma, en el mes de octubre, los educadores bolivianos también reflexionaron sobre la cuestión del agua, la biodiversidad y los desafíos del cambio climático, tema de la disertación de Juan Carlos Núñez.
De igual forma, en el encuentro anual de la ABEC fueron abordados los horizontes de sentido para medir la calidad de la escuela católica, sus tendencias y retos, así como los liderazgos pertinentes para esta época de cambios.
Por su parte, Juan Luis Zeballos, secretario ejecutivo del área de educación de la CEB, abordó las directrices pastorales y los desafíos que afronta la escuela católica en Bolivia, haciendo énfasis en la necesidad de “fortalecer los procesos de evangelización ara responder a su identidad”, lo mismo que la importancia de “sistematizar experiencias” y “profundizar en la formación permanente y los itinerarios formativos de los responsables educativos pastorales”.
Sobre este asunto también se refirió el arzobispo emérito de Cochabamba, Luis Sainz Hinojosa, en la eucaristía de clausura, al exaltar la “noble labor” de los maestros católicos reconociendo que “en Bolivia la ética educativa es urgente si se quiere formar ciudadanos de calidad para el futuro”.
Finalmente, Sainz también hizo un llamado a la unidad entre los educadores católicos de Bolivia, de cara a la actual coyuntura nacional: “necesitamos con urgencia una reorganización actualizada, necesitamos una comunión sólida entre nosotros, solidaridad para esta misión”.