“Oremos por los enfermos abandonados hasta dejarlos morir”. Así comienza el último tuit de la cuenta oficial de Twitter del papa Francisco, justo cuando el francés Vincent Lambert agoniza de hambre y sed en el Hospital Universitario de Reims, ya que el pasado 2 de julio los médicos suspendían nuevamente la alimentación e hidratación del hombre tras una larga batalla legal por parte de sus padres para conservar su vida.
Oremos por los enfermos que son abandonados hasta dejarlos morir. Una sociedad es humana si protege la vida, toda vida, desde el inicio hasta su fin natural, sin decidir quién es digno o no de vivir. ¡Que los médicos ayuden la vida, no la quiten!
— Papa Francisco (@Pontifex_es) July 10, 2019
Esta suspensión de la alimentación y la hidratación, que los padres del francés consideran “una eutanasia encubierta”, ya que esta práctica es ilegal en el país Galo, ya ha sido recriminada anteriormente por el Vaticano. Y es que, si bien la legislación francesa declara que los cuidados médicos“no deben prolongarse con una obstinación irrazonable”, el Dicasterio vaticano para los laicos, la familia y la vida subraya que el caso de Lambert no refleja tal situación.
“Alimentar a un enfermo no constituye nunca una forma irrazonable de obstinación terapéutica mientras el organismo de la persona pueda absorber nutrición e hidratación a menos que cause sufrimientos intolerables o resulte nociva para el paciente”, ha subrayado el Dicasterio.
Vincent Lambert ha pasado los últimos 10 años de su vida en estado vegetativo, 6 de los cuales han estado marcados por la batalla legal entre sus padres, por un lado, y su mujer y sus hijos, por otro. En el último año, su historia ha preocupado especialmente al Papa, que ha hecho varios llamamientos públicos por la vida de Lambert, citando su nombre de forma explícita y comparando su caso con el de Alfie Evans.