La inmigración en Chile muestra cifras inéditas que desafían a sus autoridades: los extranjeros llegan al 6,6% de la población total del país, con 1.251.225 personas, de las cuales unas 400 mil son venezolanas, superando a peruanos y haitianos que estaban en los primeros lugares. La capacidad de los servicios públicos empieza a ser superada, no solo en las fronteras para el ingreso al país, como ha estado ocurriendo en las últimas semanas en el límite con Perú y Bolivia, sino también para quienes ya están instalados y demandan atención en salud y educación, sobre todo.
También se ven superados los esfuerzos que hacen organismos de la iglesia para acoger y responder a las necesidades de quienes acuden a ellos. El Instituto Católico de Migración (INCAMI) dispone de siete casas de acogida en diferentes ciudades y ofrece bolsa de empleos, asesoría social y jurídica y atención médica gratuita, a través de voluntarios. Creado en 1955, está a cargo de los padres escalabrinianos y es el organismo de la Conferencia Episcopal de Chile para promover, animar y coordinar, en las diócesis, programas y actividades tendientes a la inserción e integración de migrantes. Está relacionado con el Pontificio Consejo para las Migraciones y es miembro de la Comisión Católica Internacional de Migraciones, con sede en Ginebra, Suiza.
Actualizar la ley de migración
Por su parte, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) ofrece sus servicios en Arica, Antofagasta y Santiago, a través de tres áreas: jurídica; de educación e interculturalidad, con programas de migración y escuela, de sensibilización y cursos de español; y el área de incidencia política para fomentar la creación de una nueva ley de migración en Chile, así como políticas públicas que permitan una verdadera inclusión de las personas migrantes.
Esto último es un tema de plena actualidad ya que el gobierno está tramitando en el parlamento una nueva ley que reforma el sistema migratorio actualizando lo que había con indicaciones de organismos internacionales.
En esa misma dirección esta semana se puso en marcha una Mesa de Diálogo entre organismos eclesiales y el senador Juan Pablo Letelier, quien preside la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización del Senado y ha sido un fuerte impulsor de la reforma a la ley de migración.
En la sede del Obispado de Rancagua se realizó la primera reunión de esta Mesa con participación de Letelier, representantes de INCAMI y de la pastoral de migración, presididos por el Administrador Apostólico de Rancagua, Fernando Ramos, quien además es Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile. Ramos manifestó al Senador la preocupación de la Iglesia por la situación que viven los migrantes y el sufrimiento de muchos de ellos en la frontera, por lo que destacó el valor de esa instancia de conversación.
La conversación se centró en los problemas, falencias y oportunidades de mejora que existen en el país para acoger a los extranjeros, sobre todo a los que ya están viviendo en Chile. Se escuchó la experiencia de distintas diócesis y de INCAMI que reciben diariamente a cientos de personas en busca de ayuda. “La gente no va a dejar de migrar, a pesar de todas las barreras que se ponen”, expresaron representantes de INCAMI. La religiosa Ximena Lazcano, de Rancagua, complementó diciendo que “los instrumentos públicos no están dando las respuestas necesarias y apropiadas”.
Tema priorizado
El senador Letelier resumió algunos puntos críticos a considerar en la situación actual: que los organismos del Estado se ven colapsados; que hay funcionarios en el sistema público que no saben qué trámites debe hacer un inmigrante y eso desinforma y retrasa los procesos; que hay graves problemas en el trato a los migrantes y en los servicios de asistencia que se les da; y la infraestructura existente para atenderlos no da abasto.
Esta Mesa de Diálogo continuará reuniéndose con el objeto de elaborar propuestas que lleguen al Parlamento a través del senador que participa en ella. El tema de la migración hacia Chile ocupa los primeros lugares en la agenda del gobierno y en la discusión pública debido a la enorme cantidad de solicitudes de ingreso en la frontera norte, con Perú y Bolivia.
El diario La Tercera dio a conocer una minuta entregada este lunes en La Moneda durante la reunión semanal del Comité Político. En ella se afirma que “una muestra de la solidaridad de Chile con Venezuela es que hoy existen alrededor de 400 mil venezolanos que ya viven en nuestro país”, pero advierte que “definitivamente, hay un límite, el país no tiene una capacidad ilimitada para recibir extranjeros, sean de la nacionalidad que sean, porque, además, es engañarlos; es, al final, invitarlos a que terminen viviendo hacinados, en cualquier parte o ciudad del país y vendiendo cualquier producto en las esquinas”. El escrito también señala que “la capacidad de las políticas públicas -educación, salud, vivienda y empleo- es limitada para absorber una masiva llegada de inmigrantes en tan poco tiempo”.