Los obispos venezolanos han terminado su 112° Asamblea plenaria este jueves, 11 de julio, con una serie de reflexiones, en su acostumbrada exhortación pastoral, sobre la situación actual del país con el fin “poner en evidencia la magnitud de los problemas que nos aquejan, brindar orientaciones que nos ayuden a darles respuesta, y animar a todos a comprometernos en la construcción de un futuro mejor”.
Es de este modo como han reiterado una vez más “la compleja y dramática situación política, económica y social que vive Venezuela, y que tiende a agravarse cada día”, una realidad que ha quedado reflejada en el reciente informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (4 de julio de 2019), que presentó Michelle Bachelet.
Diezmados por la crisis
Entre las denuncias realizadas por Bachelet destacan la violación de derechos económicos y sociales como la alimentación y la salud, además de los ajusticiamientos de jóvenes que han perdido la vida en supuestos enfrentamientos con fuerzas estatales en los últimos años, por lo cual “existen motivos razonables para creer que muchas de estas muertes constituyen ejecuciones extrajudiciales”.
También han denunciado que el éxodo masivo a causa de la profunda crisis es equivalente al 12% de la población venezolana, “impulsado por la situación política, el empobrecimiento de la clase media y el menosprecio de los pobres. Una generación de niños y niñas no han visto a sus padres durante meses”. Advierten que de continuar la crisis “el país puede perder en los próximos meses parte importante de su población”.
“En esta crisis, van ganando terreno el deterioro moral de la sociedad con sus secuelas de violencia, mentira, corrupción e irresponsabilidad, y la desesperanza y el miedo de la ciudadanía”, pero “los venezolanos seguimos apostando por una convivencia ciudadana plural, pacífica, en justicia, libertad y solidaridad, como lo establece la Constitución”.
La política como bien común
Los prelados han hecho un llamado a la renovación ética y espiritual del país, por lo cual “esto nos exige favorecer la educación en principios y valores, desterrar de la vida social la mentira como instrumento de manipulación, erradicar la corrupción administrativa y el aprovechamiento de los bienes públicos”.
Asimismo han pedido “construir adecuados mecanismos para superar la violencia familiar y social” y “para ello se hace necesario la participación de todos los sectores e instituciones en el diseño y realización de un proyecto de reconstrucción democrática del país en la justicia, la libertad y la paz, guiado por metas claras y tareas concretas”.
En este sentido la política debe hacerse desde el bien común y no desde los intereses particulares. “Es perentorio para la recuperación de nuestro país que quienes se dedican al ejercicio de la política, o aspiren a hacerlo, lo hagan como una opción de servicio, – como “una alta forma de caridad”-, según la expresión del magisterio pontificio”, han dicho.
Un cambio de rumbo
“Como afirmamos el pasado mes de enero, ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución”, han señalado.
Para lograr este cometido es necesario se den “algunas condiciones indispensables” tales como: un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial, la actualización del registro electoral, el voto de los venezolanos en el exterior y una supervisión de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, entre otras; igualmente el cese de la Asamblea Nacional Constituyente.
Ayuda humanitaria urgente
Nuevamente han solicitado urgentemente la entrada de ayuda de alimentos y medicinas “con participación y supervisión internacional, y deslastrada de las diatribas partidistas y del flagelo de la corrupción. La Iglesia Católica, a través de sus instituciones, y particularmente las Cáritas parroquiales, diocesanas y nacional, renueva su compromiso de participar, junto a otras organizaciones, en la recepción y distribución de esta ayuda humanitaria”.
Igualmente ha pedido a “los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los órganos policiales y el Ministerio Público, en el cumplimiento de sus deberes constitucionales, deben obrar conforme a la justicia y la verdad, y no al servicio de una parcialidad política”.
Por el Sínodo de la Amazonía
Los obispos venezolanos hacen votos por el Sínodo de la Amazonía para que “esta Asamblea sea una ocasión para impulsar la evangelización y atención pastoral, reflexionar y evaluar la protección y cuidado de los pueblos indígenas y del ambiente en una ecología integral, que garantice las fuentes de agua y de otras riquezas naturales”.
Han enviado sus felicitaciones a los sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, quienes con esfuerzo realizan diariamente mantienen “viva la esperanza y profundizar la evangelización del pueblo venezolano y, en particular, por las iniciativas para la atención de las personas más vulnerables”.
Foto: CEV