“Estoy contento porque siempre confío en la Justicia”. Así se ha manifestado esta mañana el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, tras su declaración en unas diligencias previas ante el Juzgado de Instrucción número 10 de Barcelona como investigado por un presunto delito de falsificación de documento privado.
“Espero que todo irá bien y ahora esperaremos”, señaló ante los medios tras salir de la Ciudad de la Justicia, en donde declaró por espacio de cinco minutos. “Creo que ha entendido bien, la juez, de qué se trataba, y que la justicia ha actuado, como siempre, con justicia”, señaló el purpurado, en declaraciones recogidas por Europa Press.
Omella está siendo investigado a raíz de una querella presentada contra él por su actuación en el procedimiento para apartar de la Iglesia al sacerdote Miguel Ángel Blanco, a quien se le atribuía una presunta paternidad, y quien a finales de 2017 fue acusado de no mantener el celibato.
Blanco, que niega los hechos que supuestamente habrían ocurrido cuando ejercía en la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid), acusa ahora al arzobispo de Barcelona, que fue quien le comunicó la decisión de la Iglesia, de no entregarle una copia del documento con las acusaciones contra él, lo que, según señala, le ha generado indefensión.
Asimismo, Blanco –que en 2014 se vio envuelto en otro escándalo cuando era párroco de Épila (Zaragoza) al ser acusado por un diácono de acoso– considera que Omella no envió a Roma el escrito de defensa con documentos que demostrarían que él no es el padre del menor.