“La vida de la gente de mar puede parecer atractiva e interesante porque durante la navegación visitan numerosos países. En realidad, la vida de un marino está llena de desafíos y dificultades”, afirma el cardenal Peter A. Turkson, prefecto del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en el mensaje con motivo del Día de las gentes del mar, que se celebra el segundo domingo de julio, y en España en la festividad de la Virgen del Carmen, el 16 de julio.
Turkson –al igual que el mensaje de los obispos españoles para este día– desgrana las duras condiciones de vida del millón y medio de marinos que navegan por los mares del planeta, señalando, entre otras cosas que, cuando arriban a un puerto apenas tienen tiempo para “bajar a tierra para relajarse y aliviar la presión a la que están sometidos debido a sus duras condiciones de trabajo, agravadas por la continua amenaza de piratería y ahora también por el riesgo de ataques terroristas”.
“En el caso de accidentes en el mar, la gente de mar suele ser criminalizada y detenida sin poder contar con una protección efectiva de la ley y sin poder beneficiarse de un trato justo”, señala igualmente el prefecto, que también recuerda que “en virtud del contrato de trabajo, la gente de mar está obligada a vivir, durante meses y meses, en el espacio confinado de un barco, lejos de sus familias y seres queridos”, recibiendo “a menudo sus salarios tarde y, al menos en un caso, las leyes nacionales les impiden recibir efectivo mientras están a bordo, lo que les deja sin recursos financieros durante la duración del contrato”.
Por ello, el purpurado hace un llamamiento en este mensaje “a las organizaciones internacionales, a las autoridades gubernamentales correspondientes y a los diversos actores en la escena marítima, para que hagan más esfuerzos para proteger y salvaguardar los derechos de quienes trabajan en el mar”.
En el mismo sentido, Turkson anima “a los capellanes y voluntarios de la Stella Maris (Apostolado del Mar), durante sus visitas diarias a bordo, a prestar especial atención y ponerse en contacto con todos los marinos y pescadores” y, “ante el abuso, le insto a no tener miedo de denunciar las injusticias”.