Un año más, con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen, que se celebra el 16 de julio, los obispos españoles dirigen su mirada a las gentes del mar para agradecer su contribución al desarrollo económico, pero también para romper una lanza en defensa de unas condiciones de vida digna que, como apuntan en su mensaje con motivo de la Pastoral del Mar, hoy por hoy no se cumplen en tantas cuestiones.
“Este día de las gentes del mar es momento muy apropiado para renovar nuestra confianza en Él, y superar así innumerables y persistentes cuestiones complejas que se esconden tras algunas significativas situaciones y cifras, que revelan la importancia y las aportaciones que los sectores pesqueros aportan a la sociedad”, como que 3.000 millones de personas dependen de la pesca o que “el 90% de las mercancías se transportan por mar, sirviendo desde un papel muy significativo a nuestra economía global”, dice Jesús Quinteiro Fiuza, el obispo responsable de la Pastoral del Mar.
Pero, tras reconocer que muchas de estas actividades sirven para el crecimiento económico y el alivio de la pobreza, no le duelen prendas al obispo de Tui-Vigo en reconocer asimismo que todo eso “está acompañado de muchas injusticias”.
“En primer lugar –enumera–, además de los abusos físicos y verbales, cabe destacar la explotación masiva de pescadores, incluyendo numerosos casos de trabajo forzado, la trata de seres humanos y la desaparición en el mar. Este año pasado, en España, entre otros, naufragaron los pesqueros ‘Sin querer 2’ y ‘A Silvosa’, con varias víctimas en ellos”.
No olvida tampoco Quinteiro Fiuza en este catálogo de calamidades “la violencia y la piratería en el mar ni el abandono de buques y tripulación”, además de otro aspecto, esté sí más denunciado, como es el de “la sostenibilidad de la fauna marina, la contaminación y otros problemas ambientales”, por lo que asegura que “desde esta angustiosa y dolorosa realidad, en la Iglesia no podemos taparnos los oídos, no podemos permanecer en silencio, sino dar nuestra voz a los que no la tienen”.
De ahí que invite “a las diócesis, parroquias marineras, cofradías, asociaciones, instituciones sociales, etc. a seguir trabajando por estas realidades que nos hacen estar en contacto con personas de tantos y diversos lugares”, señala, destacando la labor que ya están haciendo los Centros Stella Maris.
En este sentido, anima a “seguir prestando el servicio social y religioso pertinente con todos los implicados, valorando todo lo que hacen las autoridades marítimas en beneficio del bien común”, por lo que el obispo promotor del Apostolado del Mar concluye invitando a “confiar en el diálogo para que se fomenten una serie de respuestas cada vez más eficaces a los complejos desafíos con que nos enfrentamos”.