A pesar de ser uno de los estados más pequeños del mundo, el Vaticano también se está tomando muy en serio la necesidad de reducir el consumo de plástico. Y es que, como informa TGCom 24, la Santa Sede se está preparando para abandonar por completo el uso de este material para finales de este año. Para ello, la primera medida ha sido detener la venta de plástico desechable. Además, ha alcanzado un alto grado de reciclaje, diferenciando el 55% de los residuos que se generan y con el objetivo de conseguir que sean el 75% dentro de tres años.
Rafael Ignacio Tornini, jefe del Servicio de jardinería y servicio de basura urbana, ha explicado a TGCom que “en 2016 se creó una isla ecológica, que ahora llamamos centro ecológico y en 2018 se fortaleció con renovaciones. Ahora somos capaces de gestionar alrededor de 85 códigos Cer, que son los códigos de residuos europeos”. Además, en los primeros seis meses de este año, el Vaticano ha logrado alcanzar la cifra de un 2% de material no separado, por lo tanto un 98% ha sido separado y reciclado. “El objetivo es alcanzar el 0% en 2020”, añade Tornini.
En cuanto a los residuos urbanos, Tornini ha señalado que en 2016 se comenzó con una diferenciación del 35%, que ha aumentado hasta el 55% actual”. Así, el Vaticano ha conseguido reciclar, en apenas tres años, un 20% más.
En el Vaticano, la recogida de residuos se realiza puerta a puerta. Hace cinco meses, además, se iniciaron las cadenas de economía circular. Con el compostaje y la mayoría de los cortes de poda (unas 400 toneladas) se hace el suelo de compost. “Lo que se desecha se intenta que sea reutilizado en el jardín como un fertilizante de buena calidad, aquí o en Castel Gandolfo”, asegura Tornini.