Los mexicanos Rosalinda Campos Salas y Jorge Carrillo López dejaron de presidir este lunes la Confederación Internacional de Movimientos Familiares Cristianos (CIMFC).
Con la experiencia de seis años al frente de esta confederación de talla mundial, el matrimonio percibe claramente que el cambio verdadero en México sólo puede venir a través de la familia, pues, entre otras cosas, es ahí donde se forman tanto los buenos como los malos ciudadanos.
En entrevista para Vida Nueva –en el marco de la XIV Asamblea Mundial de las Familias de la (CIMFC)– que se llevó a cabo en Michoacán, del 12 al 14 de julio, y cuya temática fue “La familia llamada a la santidad, para que en cada hogar brille la luz de Cristo”, hablaron del principal reto que enfrenta el movimiento, de la identidad de la familia mexicana y de las expectativas en torno a la los nuevos presidentes, entre otros temas.
La revitalización de la familia
La prioridad en este momento para la CIMFC es la revitalización de la familia desde su interior: padres e hijos. “Este justamente es el desafío para cumplir lo que Su Santidad nos está pidiendo, que seamos luz de Cristo, no sólo en la Iglesia, sino también en la sociedad”.
Afirmaron que la familia es fundamental en la reconstrucción del tejido social, pues “todos sabemos que un político corrupto sale de la familia, así como un buen político sale de la familia; nosotros vemos la situación de un cambio verdadero en nuestro país, en nuestra nación, pero es a través de la familia”.
Para atender este desafío, la CIMFC trabaja con los matrimonios mediante itinerarios de formación diferenciada, que ayudan a formar procesos de evangelización dirigidos a las familias y desde las familias. También han elaborado materiales a fin de que los padres tengan herramientas para formar a sus niños.
Sentido de familia
En relación con los aportes de la familia mexicana al mundo, Rosy y Jorge destacaron sobre todo “el sentido de familia” que tiene el pueblo mexicano, incluso en las familias que no son creyentes; “esa es una característica muy especial de la familia, y creo que con procesos de evangelización la Iglesia puede acompañar muy bien a las familias no creyentes para llevarlas a su encuentro con Dios”, dijeron.
Pusieron como ejemplo la reciente Asamblea Mundial de las Familias de la CIMFC, donde los miembros del movimiento fueron recibidos en casas de familias que no pertenecen al mismo, familias que no están trabajando en la parroquia, “pero que cuando el sacerdote les preguntó quién podía dar hospedaje a las personas que venían del extranjero, muchas alzaron la mano”.
Nueva presidencia de la CIMFC
Rosy y Jorge iniciaron la presidencia de la CIMFC en el 2013, y posteriormente fueron reelectos en 2016; ahora han sido relevados en su cargo por el matrimonio formado por Wilma y Epifanio Cua, de Filipinas, quienes presidirán del 2019 al 2022.
Al preguntarles sobre las expectativas que tienen del matrimonio que ha asumido la dirección del CIMFC, aseguraron que lo primero que se debe entender es que no se trata de una confederación de personas, una confederación de hombres, sino de una confederación de Dios, pues es una empresa de Dios”.
No obstante, aseguraron que se requiere de mucho liderazgo y fortaleza, “pero eso te lo da el Espíritu Santo. Hemos tenido problemas inimaginables, pero el movimiento sigue funcionando, sigue caminando; con estos nuevos presidentes seguramente vendrán nuevas formas, nuevos métodos, y en eso precisamente consiste la nueva evangelización”.
El matrimonio que asumirá la presidencia “sin duda tiene experiencia, trayectoria en su movimiento de origen y de servicio a nivel internacional”.
Rosy y Jorge han dejado la presidencia, pero continuarán como ‘past president’, que es una figura que les permite todavía ser convocados por los presidentes a fin de que pueden opinar y proponer, por ejemplo, en las modificaciones de constitución o de cualquier otra reglamentación que se desee cambiar.