La cifra de líderes sociales asesinados aumenta en Colombia, según datos del diario El Tiempo en lo que va de 2019 van 14 amenazas registradas por las autoridades, además de 18 personas que han sido ajusticiadas.
En el contexto de su 108° Asamblea plenaria, realizada entre el 1° y 6 de julio, los obispos han expresado su preocupación por las realidades sociales que impactan la vida de los colombianos y, particularmente, la consolidación de una paz duradera en una clara referencia a las amenazas y asesinatos de líderes, lo que a su juicio vulnera el ejercicio de la democracia. Por este motivo Vida Nueva ha consultado con 2 líderes sociales – cercanos al trabajo eclesial – para entender desde sus testimonios la realidad en el corazón adentro de las regiones colombianas más afectadas por la violencia.
En riesgo latente
Jimmy Fernando Torres, líder social del municipio de Cajamarca, en departamento del Tolima, es representante legal de la corporación Conciencia Campesina. Desde el año 2010 viene haciendo la labor de liderar en su comunidad en denunciar los desmanes que se vienen dando a causa del extractivismo en Colombia con minería a cielo.
Para Torres el asesinato a líderes como él “es un tema preocupante y más para las personas que estamos haciendo una labor social, sin hacerle daño a nadie, en los territorios, especialmente denunciando violaciones de los derechos humanos”.
Una de las preocupaciones de este líder tolimense es el tema del extractivismo a cielo abierto lo que ha causado afectaciones al páramo, a las fuentes hídricas, reservas forestales. Estas denuncias las ha formulado en espacios nacionales e internacionales.
Para este hombre ser líder es un riesgo latente y lo más delicado es que estas situaciones “no son visibilizados a nivel nacional” como también “es preocupante la postura del gobierno nacional de Iván Duque y del ministro de defensa [Guillermo Botero] en su sus pronunciamientos desvirtuando lo que pasa en los territorios con los líderes sociales”.
“No nos dejen solos”
En cuanto a la labor de la Iglesia en sus territorios ha admitido que “la iglesia católica y las otras confesiones han hecho muy poco para visibilizar el tema” al tiempo que recomienda: “Es importante que la iglesia se meta de lleno, porque es un determinante a nivel nacional que es visible, por tanto cada vez que un líder social tenga inconveniente en su territorio, el líder social tendrá esa puerta abierta con estas personas que ejercen su labor en los territorios”.
El propio Torres ha aseverado en cuanto al rol de la Iglesia “pudiera ser un gran aliado y, de hecho, en Cajamarca ha sido una aliada para nosotros los líderes, pero sería bueno que esto pasara en todos los rincones de Colombia donde hay una Iglesia que un líder social pueda interactuar con ellos”.
Al país entero le ha pedido que “cada vez que vean a estos líderes sociales los apoyen, no los dejen solos, esto se hace de corazón y desde el voluntariado”, porque “no es fácil ser líder social, un líder social no le hace daño a nadie, ejerce una labor admirable de denunciar lo que ocurre, por eso le pido que los acompañen y no nos dejen solos”.
“El papa Francisco se ha pronunciado referente al tema, nos parece muy bien que lo haga, porque es un llamado de atención al gobierno que hace muy poco por defender la vida de los lideres”, ha dicho.
Defensor de los llanos
Pasando al extremo oriental de Colombia, esta Julián David Villa Nieves, médico veterinario y zootecnista, participa de la organización la mesa hídrica del pie de monte llanero, de la mano de líderes sociales de diferentes regiones del Meta, en los llanos colombianos, “nuestra área de incidencia es desde el pie de monte de la Macarena hasta Arauca, en la defensa del territorio”.
“Participamos diferentes denominaciones políticas y religiosas es un espacio amplio”, Villa, oriundo de Leticia, pero radicado en el Meta. Ha considerado que “no es relevante la afinidad religiosa, este es un espacio amplio y ecuménico, lo que si compartimos es el amor por la casa común por la tierra”.
Por supuesto el tema de las amenazas y asesinato a líderes le resulta sumamente preocupante al punto que “hemos sido objeto de amenaza, pero no lo vemos como algo que restrinja nuestra acción, lo asumimos como parte de los mecanismos a quienes nos oponemos para tratar de intimidar y de coartar nuestra convicción y decisión de exponer puntos de vista diferentes”.
Luchar por la casa común
Villa también ha asegurado que “es un momento peligroso para todos los líderes sociales”, sobre todo “en un momento de polarización que pone en riesgo a cualquiera que exprese un punto de vista diferente a lo que se considera la política tradicional”.
Precisamente es política tradicional defiende un modelo de desarrollo depredador del ambiente, incluso del propio mensaje de Francisco en cuanto al cuidado de la casa común. Por ello en este aspecto la participación de la Iglesia – a su criterio – ha sido “muy tímida”.
“En lo personal considero que la manera cómo enfrenta este problema, a pesar que las directrices del Papa, van en una rutas distintas, digámoslo así, porque buena parte de los pastores de la iglesia, en especial los sacerdotes, no han entendido no han aterrizado en esa comprensión”.
También propone que para subsanar esa situación en los territorios donde hace vida como líder es esencial “hacer un ejercicio formativo con ellos, que se desconecten en gran parte de esos intereses personales y se acerquen a una realidad internacional, planetaria, ambiental de esta crisis, de esa emergencia obviamente en el ejercicio de su ministerio”.
No obstante celebra que muchos de ellos se comprometen con esta causa, “hay sacerdotes por supuesto que cumplen con una misión admirable y hacen un ejercicio representativo”, por ello considera también importante ir de la mano de esos laicos, sacerdotes y cualquier denominación en esta lucha y compromiso con la casa común.