Fermín Marrodán ha sido elegido nuevamente como moderador general de las comunidades de Adsis. La elección ha tenido lugar durante la X asamblea general del movimiento, celebrada del 14 al 21 de julio, en el complejo residencial Fray Luis de León, perteneciente a los padres agustinos, en Guadarrama. El encuentro, en el que han participado casi sesenta miembros de las comunidades de diez países de Europa y América Latina, se ha celebrado bajo el lema ‘Entonces sopló sobre ellas (Jn 20,22)’, con el que se hace referencia al viento del Espíritu con el que los presentes han discernido las nuevas formas de vivir en comunidad.
“Adsis es un movimiento de comunidades fraternas y solidarias de hombres y mujeres, en los que hay matrimonios, sacerdotes y célibes que sentimos la llamada de servir al Reino tratando de vivir desde la cercanía y el acompañamiento a jóvenes y pobres”, explica Marrodán a Vida Nueva. En concreto, recorrer junto a los jóvenes su camino, “en descubrimiento de la fe y en su proyecto de vida o en su dimensión solidaria con voluntariados”, donde encuentra Adsis su razón de ser.
Para un movimiento como este, con una opción preferencial por los jóvenes, la exhortación ‘Christus vivit’ ha resultado “un soplo de aire fresco”. “Nos anima y nos alegra el impulso del Papa con sus documentos, con su apuesta por los jóvenes”, dice Marrodán. “Sentimos la urgencia de seguir trabajando por ellos, pero con un acento, que ha sido básico en la asamblea que hemos tenido y donde han participado jóvenes como invitados”, añade. Y este no ha sido otro que “trabajar con ellos, entendiéndoles no solo como destinatarios de la pastoral, sino sujeto activo y protagonista de la misma”.
Opción preferencial por los jóvenes y los pobres
La labor de este movimiento se lleva a cabo tanto en parroquias como en otros ámbitos, como es el de la Pastoral Juvenil. “Hace años que Adsis tuvo la iniciativa de formación a agentes pastorales, que poco a poco se fue ampliando a lo que es hoy la Escuela de Pastoral de Juventud, que todos los años en el mes de septiembre organiza unas jornadas de formación a nivel nacional”, subraya.
Marrodán recalca que, sobre todo, Adsis es un movimiento que “opta por la eclesialidad de manera firme”. “Reconocemos que el nuestro es un carisma dentro de la Iglesia”, apunta, “y el hecho de vivirlo en diferentes ámbitos, aunque no somos muchos, pero si conocidos ahí donde estamos, nos hace compartir el carisma, esta manera de vivir la fe y la vida cristiana”. Y es que en Adsis se considera que “hay muchas maneras diferentes de vivir”, y que “es posible abrir la vida cristiana a diferentes maneras y formas”.
Esto queda plasmado en la propia evolución del movimiento, en la que se han “ido abriendo cada vez más”. “Empezamos con un modelo de hermanos y hermanas que viven en común, de matrimonios, célibes… y ahora ese modelo se ha abierto más a personas que llamamos asociados y asociadas, que, aunque no vivan en común, comparten el proyecto en su esencia”, explica.
Respecto a los pobres, Marrodán cree que “este es un termino muy amplio en el que caben muchas personas y problemáticas muy distintas”, están presentes en muchos proyectos, ya que no se sienten llamados a responder a una determinada realidad, sino a la que se precise en el lugar donde se encuentren. “Esto nos hace atender a jóvenes vulnerables, con proyectos de inserción laboral o apoyo escolar, jóvenes que están en prisión, inmigrantes y minorías étnicas”, señala. Todo ello encuentra su motor y su forma de “dar una respuesta profesionalizada” a través de su propia organización, Fundación Adsis.