El reciente caso de un niño a que se le otorgó el sacramento del bautismo en la ciudad colombiana de Medellín, donde consta en el acta el nombre de las dos madres, según su registro civil de nacimiento, ha generado controversia en distintos sectores de la sociedad y de la propia Iglesia. A fin de evitar el sensacionalismo y la instrumentalización del caso a través de los medios y otros espacios, además por respeto a la dignidad y vida privada del niño, la arquidiócesis, a través de la delegación arzobispal de las comunicaciones, ha hecho público un comunicado.
En el texto hacen saber que “la Iglesia concede siempre el sacramento del bautismo a toda persona que esté en capacidad de recibirlo” y, por tanto, “la arquidiócesis ha venido administrando desde hace varios años el sacramento del bautismo a parejas conformadas por personas homosexuales, teniendo presente que se trata de ofrecer a los bautizados el don de la vida cristiana”.
Educar en la fe
Otro de los aspectos fundamentales que han resaltado desde esta jurisdicción eclesial es que la administración de este sacramento – como de toda la acción pastoral – “miran siempre la dignidad y el bien del menor”, por lo cual al no darle el sacramento tanto los padres y la Iglesia lo privarían “de la gracia inestimable de ser hijo de Dios” tal como lo contempla el Catecismo de la Iglesia católica.
Además toda pareja bien sea heterosexual u homosexual que bautiza a su hijo debe asumir el compromiso de educar o permitir educar en la fe “a fin de llevarlo gradualmente a comprender y asimilar la gracia del sacramento” para que posteriormente pueda ratificar la fe “en la que ha sido bautizado”.
Bautismo sin condiciones
Asimismo la arquidiócesis ha aclarado que el hecho de otorgar el bautismo a hijos de parejas homosexuales “da la gracia de la vida cristiana” a los menores, pero eso no implica ningún “reconocimiento de las parejas mismas”.
En el caso colombiano, los documentos civiles, presentados para la administración del sacramento, aparece el nombre en este caso de las dos madres, por tanto “teniendo en cuenta que en la partida se anotan los nombres de quienes figuren en el registro civil de nacimiento del menor o la menor como padres, en el mismo orden en el que se encuentran inscritos en ese registro” no hay impedimento alguno para asentarlo también en el acta de bautismo.
Foto: Vatican News
