Entrevistas

Jesús Pulido: “La labor editorial es un servicio, no un negocio”





Agradecido y con “muchas ganas de aprender”. Así ha acogido Jesús Pulido Arriero (Toledo, 1965) –miembro de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y actual director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe– el encargo de los obispos de dirigir la BAC.

PREGUNTA.- ¿Qué se necesita para ser director de la BAC?

RESPUESTA.- No creo que se requiera una preparación específica; por lo menos, yo no la tengo. Sí se necesita la confianza de los obispos, la cual agradezco enormemente. Y también un poco de atrevimiento y muchas ganas de aprender. Soy consciente de que me incorporo a un proyecto en marcha y con una larga historia detrás. Cuando me asignaron a la BAC, compré el libro de José Luis Gutiérrez, ‘Apuntes para una historia de la BAC’, para encontrar el estilo, las motivaciones, la sensibilidad social y eclesial que dio origen a este proyecto editorial hace ahora 75 años, a la sombra del cardenal Herrera Oria.

P.- ¿Supone una responsabilidad añadida el hecho de recibir este encargo por parte de la Conferencia Episcopal?

R.- Estar al servicio de los obispos requiere, lógicamente, estar en sintonía con su Plan pastoral. Desde 1989, hace 30 años, la BAC pertenece a la CEE y forma parte, incluso físicamente, de su estructura. Sus nuevas publicaciones no pueden sino reflejar las líneas y las iniciativas pastorales de los obispos españoles y de la Iglesia universal: la conversión misionera, la sinodalidad, el discernimiento, la defensa de la vida y de la familia, la ecología integral, el desarrollo humano, la libertad religiosa…

P.- ¿En qué medida puede ayudarle su experiencia en Ediciones Sígueme?

R.- Sígueme fue mi primer destino apenas ordenado. Estuve diez años en los que pude asimilar algunos criterios editoriales, como la exigencia de calidad, el rigor literario, el trabajo en equipo… El ejemplo de tantos sacerdotes operarios fue lo mejor. Luego, en el trabajo concreto, la BAC es muy diferente. No está organizada por colecciones temáticas especializadas, sino por series transversales. Es una Biblioteca de Autores Cristianos, que tiene más trato directo con autores, más presentaciones públicas, más relaciones externas…

P.- ¿Hay algún secreto para sobrevivir a la creciente secularización y a la crisis del sector editorial?

R.- Se nota mucho cómo ha cambiado el sector del libro religioso desde los años 90: la disminución en las tiradas, las dificultades en la distribución para llegar a los cada vez menos lectores, la escasez de obras y autores… Pero eso es un reto que debe estimular el ingenio para encontrar temas, personas y medios para llevar el mensaje del Evangelio a los hombres y mujeres de hoy. La labor editorial es un servicio, no un negocio. (…)

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