Fallecido en la madrugada del 26 de julio en La Habana, el cardenal Jaime Ortega Alamino, que dirigiera durante décadas la comunidad cristiana habanera y fuera el gran referente de la Iglesia a nivel nacional e internacional (consiguió la apertura del régimen castrista de cara a lo religioso, medió para consolidar el acercamiento con Estados Unidos y fue el artífice de las visitas a la Isla de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco), está siendo reconocido en estas horas por el pueblo cubano y por el propio Gobierno comunista.
El presidente, Miguel Díaz-Canel, y el anterior mandatario, Raúl Castro, que sigue siendo el Primer Secretario del Partido Comunista, han enviado al Papa sendas cartas en las que le muestras sus condolencias. Además, el jefe del Ejecutivo ha mostrado su pesar públicamente a través de su cuenta de Twitter con este mensaje, en español y en inglés: “Nuestras condolencias por el fallecimiento del Cardenal Jaime Ortega. Es innegable su aporte al fortalecimiento de las relaciones entre la Iglesia Católica Romana y el Estado cubano“.
También ha sido significativo el modo en que la noticia de la muerte del purpurado ha sido dada a conocer a través del diario Granma,órgano oficial del Partido Comunista Cubano. En la nota se destaca que “su incansable trabajo pastoral y su amor a Cuba le llevaron a fortalecer decisivamente las relaciones entre la Iglesia Católica Romana y el Estado“. A continuación, difunde íntegro el mensaje con el que le despide su sucesor como arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez.
En la misma, el prelado habanero afirma que “nos anima saber que él permanecerá entre nosotros acompañándonos con el recuerdo de su amable sonrisa, su inteligencia clarividente y el testimonio de un sacerdocio entregado y en ocasiones sufrido“. El mensaje de García Rodríguez remarca “los recuerdos de su calidad personal y su infatigable celo pastoral”.
También han despedido al cardenal Ortega con mucho sentimiento los obispos cubanos, que han publicado un comunicado en la web de la Conferencia Episcopal. “Mejor que enumerar eventos y situaciones -enuncian-, queremos destacar la personalidad sacerdotal del pastor bueno que puso al servicio de la Iglesia y de la evangelización sus muchos talentos humanos y cristianos. Es conocido cómo su fe en Jesucristo, el amor a la Iglesia y a Cuba llevó al Cardenal Jaime a asumir desafíos y tomar posturas, personales y eclesiales, procurando el bien de la Iglesia y de su pueblo”.
Así, los pastores concluyen destacando que “el recuerdo de Jaime, en el afecto fraterno y en el legado de su testimonio cristiano y sacerdotal, será inspiración y ejemplo para nuestra acción pastoral“.
Bergoglio también ha hecho llegar un telegrama de pésame a su sucesor, Juan de la Caridad García Rodríguez. Firmado por el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, en él el Papa transmite a toda la Iglesia local y a los familiares del fallecido “sus condolencias y su paternal cercanía”. Del cardenal Ortega, Francisco asegura que “sirvió a la Iglesia y a sus hermanos en los diferentes encargos que la Providencia le confió”.
A expensas de que sea finalmente enterrado, numerosos fieles están desfilando ante su cuerpo, expuesto en la catedral de La Habana, el que fue su templo durante años. Se especula con que el Gobierno habría ofrecido un funeral de Estado (algo más que significativo a tenor del discurrir histórico de Cuba desde el triunfo de la Revolución en 1959), pero, por ahora, el Arzobispado de La Habana aún no se ha pronunciado de un modo público.