El cardenal John Onaiyekan, arzobispo de Abuya, ha denunciado en una entrevista con Vatican News la continua violencia y asesinatos a los que se ve sometido el país por parte del grupo extremista Boko Haram. Una situación que sucede, día tras día y desde hace años, sin que el mundo mire hacia Nigeria y sin que el Gobierno del país ponga en marcha las acciones necesarias para garantizar la seguridad.
En el último ataque murieron 65 personas y una docena resultaron heridas. Ocurrió el pasado 27 de julio en la ciudad de Nganzai, situada en el Estado de Borno. Fue un ataque directo a un grupo de aldeanos que regresaba de un funeral. “El gobierno ha estado diciendo durante más de tres años que Boko Haram ha sido derrotado, pero vemos que no es cierto”, dice Onaiyekan, ya que, ahora mismo, “el Estado de Borno es el epicentro de la actividad” del grupo terrorista.
“Estos episodios de asesinatos, de violencia, de saqueos continúan durante muchos años, en los que el Gobierno ha enviado soldados que aún no han logrado que el país sea seguro, especialmente en el noreste”. Pero el problema no está solo en esta región. “Distintos episodios de violencia, tanto por parte de ganaderos armados como por pandillas que secuestran a personas para pedir dinero, ocurren en todas partes del país”.
Para “muchos nigerianos”, hay una infiltración de Boko Haram en las diversas fuerzas armadas que operan en el país. “El gran problema es que no vemos una respuesta adecuada, fuerte y efectiva de las fuerzas del orden nigerianas y el ejército y, mientras, estas personas continúan operando casi sin respuesta”, dice el arzobispo, hasta el punto ene l que “hay áreas en Nigeria donde los agricultores ya no pueden ir a trabajar en sus campos, por temor a ser atacados”.
“Uno de los principales problemas es que no sabemos el motivo de sus actos”, subraya Onaiyekan. “Se dice que quieren crear un área en Nigeria donde la ley islámica sea la única, pero no se puede seguir matando, porque siempre atacan a personas inocentes”, añade.