“La Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana levanta su voz de dolor, denuncia y profunda preocupación por los casos de violencia contra las mujeres y las familias que, lejos de disminuir, siguen aumentando alarmantemente, produciendo muerte y sembrando luto en cientos de familias bolivianas”. Así, con un tono de palpable preocupación, comenzaba la lectura del comunicado ‘Violencia contra las mujeres, grave síntoma de una sociedad que se deshumaniza’ firmado por los obispos bolivianos y que se hacía público ayer, 1 de agosto.
“Nos solidarizamos con tantos familiares, padres, hermanos, hijos huérfanos, que sufren esta situación dramática en el país y con todas las mujeres que, en este momento, están siendo acosadas y condenadas a sufrir en silencio”, declaraba Aurelio Pesoa, obispo auxiliar de La Paz y secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana.
En el comunicado, además, los obispos denuncian que la legislación en el país apenas ha conseguido disminuir las cotas de violencia contra la mujer, un mal “que desintegra nuestra sociedad y cuestiona sus fundamentos”. Así, “en consonancia con la enseñanza de la Iglesia católica”, los obispos consideran que “urge trabajar conjuntamente con todas las instancias de la sociedad, atacando las verdaderas causas de este flagelo”.
“Una cultura machista que pervive”
Por este motivo, señalan “la cultura machista que pervive, el deterioro general de valores morales, la pérdida del respeto al valor sagrado de la vida, la inaplicabilidad de las leyes y la lentitud del sistema judicial, el olvido del sentido religioso y valores trascendentes, la indiferencia y complicidad”, como algunos de los causantes de esta problemática.
De la misma manera, han denunciado con el comunicado algunos “males que se ensañan” con las mujeres especialmente, como “la dependencia y sometimiento económico”, las diversas “formas de marginación” y “el alcoholismo, la violencia sexual, la trata y tráfico de personas, la drogadicción y el narcotráfico”.
Denuncia y apoyo
“En su visita al Perú en enero de 2018”, recuerdan los obispos, “el papa Francisco se ha referido a los feminicidios como la nueva plaga que azota a nuestro continente y ha asegurado que son muchas las situaciones de violencia que quedan silenciadas detrás de tantas paredes e invitó a luchar contra esta fuente de sufrimiento pidiendo que se promueva una legislación y una cultura de repudio a toda forma de violencia”.
Una situación que, en todo este tiempo, no ha cambiado, por lo que los prelados “urgen” al Gobierno del país “a que, en coherencia con las leyes vigentes, extremen esfuerzos para garantizar una verdadera y eficaz aplicación de las mismas, precautelando en todo momento la vida y seguridad de las mujeres”. Pero, además, han hecho un llamamiento a las comunidades para que, cuando presencien un caso de violencia machista, denuncien “estos casos oportunamente”, así como a “ofrecer apoyo y respaldo a las mujeres contra represalias y presiones cómplices”.
“Animamos a todas las instancias de la Pastoral Familiar, en los ámbitos local y nacional, a que asuman como prioridad el servicio a las mujeres vulnerables y sus familias, con iniciativas en la prevención, atención oportuna y acompañamiento”, subrayan, y a todos los bolivianos “para que juzguen la gravedad de estos delitos, a la luz del Dios Padre que quiere una vida plena y abundante para sus hijas e hijos”.