Ayer con la misa de clausura en la catedral de Ávila el Encuentro de Laicos organizado por la Acción Católica General con el lema “Haciendo realidad el sueño de Dios”. La presidenta del movimiento, Eva Fernández Mateo, comparte con Vida Nueva las primeras impresiones de esta cita que ha congregado a más de 750 agentes de pastoral de las diócesis españolas comprometidos en la formación y la implicación del laicado, de cualquier edad y condición.
Construyendo la Iglesia
PREGUNTA.- ¿Cómo sale fortalecida la Acción Católica General de este encuentro de Ávila?
RESPUESTA.- Salimos con muchísima ilusión, con una gran esperanza y con ganas de hacer realidad ese sueño de Dios que teníamos como lema de este encuentro. Al acabar la eucaristía de envío nos han regalado a cada uno un ladrillo pequeño para ir construyendo la Iglesia y el mundo que Dios quiere.
P.- En el encuentro ha habido mucha y muy variada participación, ¿qué ha favorecido esta convivencia e intercambio tan grande de personas?
R.- El ambiente que se ha creado ha sido muy bonito, ver cómo las personas compartían los talleres con los niños o los jóvenes… se ha visto que podemos trabajar en familia, que se pueden compartir momentos muy buenos. Además no solo ha participado gente de la Acción Católica General sino también gente de parroquias que han compartido lo que están haciendo porque todos juntos estamos construyendo parroquias que quieres ser acogedoras y en salida, estén asociadas o no, todos queremos que la Iglesia está presente en la sociedad.
Al servicio de la Iglesia
P.- Además, ¿es lo que busca esta última redefinición de la Acción Católica al llegar más allá de la propia afiliación?
R.- Claro, desde la Acción Católica General queremos como asociación ser un instrumento para las parroquias y las diócesis para que la gente se pueda formar e ir descubriendo la voluntad de Dios en su vida, cuál es la misión que Dios tiene para cada uno como compromiso pastoral y cómo hacernos presentes en la sociedad, en el mundo de la cultura, de la política, de la familia… independientemente de si estamos asociados o no. Es una instrumento al servicio de la Iglesia para la formación y propiciar el encuentro con Cristo.
P.- Este encuentro también ha tenido grupos de niños y jóvenes con trabajo específico. ¿Cómo ha resultado?
R.- En el encuentro hemos trabajado lo mismo, pero adaptado a las características de los niños y los adolescentes, ya que los jóvenes mayores de 18 años han compartido tiempos y espacios con los adultos en todo momento. Para compartir el trabajo entre todos, cada uno ha propuesto y concretado las líneas de acción que los laicos tenemos que seguir en la Iglesia y los hemos expresado construyendo entre todos un muro y los niños han señalado cómo pueden ser presencia en el colegio, con sus amigos, con su familia, ser testigos incluso en el mundo de la política ya que han tenido incluso el testimonio de un político. Ha sido un encuentro bonito.
P.- El sueño que se ha formado entre todos, ¿se ve posible, utópico o lejano?
R.- Todos nos vamos con el sentimiento de que si ponemos en el centro de nuestra vida a Cristo, poco a poco, como el rocío podemos ir empapando nuestra sociedad y si estamos atentos a las llamadas que el Señor nos hace en el corazón podremos estar presentes en la sociedad y empezar a ‘dar guerra’, a entrar en ese diálogo con la sociedad que en este momento tanto nos necesita.