El pasado 18 de julio, la hermana Áine O’Connor fue detenida en el Capitolio en Washington, junto con otras 70 personas, por participar en una manifestación pacífica contra el maltrato que ejercen las autoridades de Estados Unidos, principalmente contra los niños migrantes, durante y después de ser detenidos.
La religiosa pertenece a las Hermanas de la Misericordia de las Américas, congregación que participó en el acto de protesta junto con otras asociaciones como la Red de Solidaridad Ignaciana, Fe en Acción, la Conferencia Jesuita de Canadá y los Estados Unidos, entre otras.
En entrevista con Vida Nueva, la hermana O’Connor no sólo justificó su acción de aquel 18 de julio, sino que adelantó que realizarán dos actos más a favor de los migrantes: “el del 18 de julio fue la primera de tres acciones: la siguiente tendrá lugar en la frontera, a finales del mes de agosto; en tanto que a mediados de septiembre habrá actos simultáneos: uno en la frontera y otro en la ciudad de Washington”.
Una acción solidaria
La hermana O’Connor recuerda que antes de ser detenida estuvieron orando en el exterior del Capitolio; después sintió la necesidad de sumar su voz a la de otros hermanos y hermanas en el interior de la Cámara de Senadores. Ahí fueron detenidos, llevados a unas bodegas y liberados tras pagar la fianza.
La religiosa asegura que esa manifestación ocurrida hace menos de un mes –así como los actos programados– son una respuesta ante el trato inhumano contra los niños; “sentimos que es nuestra responsabilidad, y es muy importante mencionar que está centrada en el amor. Uno de los letreros que llevábamos era: ‘Te vemos, te amamos, estamos contigo’”.
El objetivo concreto –dijo– era alzar la voz para pedir a la administración de Donald Trump y a los miembros del Congreso detener el trato inhumano contra los migrantes, así como demandar la libertad inmediata de los niños”.
Áine O’Connor considera que las autoridades norteamericanas están criminalizando a las personas y las atemorizan sin que éstas puedan defenderse. Recuerda que cuando estuvo en El Paso, Texas, en abril pasado, vio cómo detenían a un hombre en compañía de su hijo; también a una mujer, cuya hija tenía fiebre. La religiosa califica ambas detenciones como “aterradoras”.
La hermana O’Connor está segura de que éste es un momento importante para manifestar la solidaridad, dándole voz a tanta gente que tuvo sus razones para dejar su patria en busca de un futuro mejor.
Tiempo de actuar
Con relación a la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, que a finales del mes de julio aprobó 2,500 millones de dólares del Pentágono para construir parte del muro en la frontera entre Estados Unidos y México, la hermana O’Connor apuntó que esto no se ve nada bien: “es un desastre que Trump vaya a usar ese dinero para construir el muro; sabemos también que impactará no sólo en las personas que cruzan por ahí, sino en las especies, en el medio ambiente”.
Por ello, insistió en que éste es un momento “increíble para poder unirnos por la humanidad, para poder detener todas las divisiones, la inhumanidad y la separación. El amor de Dios conlleva a unirnos en una sola voz y tener solidaridad unos con otros y con el mundo. Esperamos que algo se pueda lograr”.