Luego de que el pasado fin de semana se registraran varios tiroteos en diferentes estados de la Unión Americana, los obispos de ese país hicieron este jueves un llamado a toda la comunidad estadounidense a acabar con todas aquellas expresiones que puedan generar odio y, como consecuencia, violencia.
A través de un comunicado, los obispos de tres comités de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) expresaron su preocupación por el racismo y la xenofobia que aparentemente motivaron la masacre de este fin de semana en El Paso y que han motivado a muchos otros tiroteos masivos recientes en los Estados Unidos.
En este sentido, pidieron a la clase política curar las heridas que han causado estos tiroteos y abordar urgentemente los flagelos del racismo, la xenofobia y la intolerancia religiosa, “incluida la abstención de expresar una retórica hiriente, dolorosa y divisiva que deshumaniza y polariza a las personas en función de su raza, religión, etnia u origen nacional”.
Los obispos firmantes fueron: Joe Vásquez, de Austin y presidente de la Comisión de Migración; el obispo Frank Dewane, de Venice y presidente de la Comisión de Desarrollo Social Doméstico, y el obispo Shelton Fabre, de Houma-Thibodaux y presidente del Comité Ad Hoc contra el racismo.
“La trágica pérdida de vidas de 22 personas este fin de semana en El Paso demuestra que la retórica y las ideas llenas de odio pueden convertirse en la motivación para que algunos cometan actos de violencia”, señala el texto.
Los obispos también consideraron que los sentimientos antiinmigrantes, antirefugiados, antimusulmanes y antisemitas que se han proclamado públicamente en los últimos años, han incitado al odio en las comunidades.
“El odio y la retórica dura se hicieron eco en la explicación del tirador de El Paso sobre por qué cometió el tiroteo de este fin de semana, además de ser evidente en la motivación de los tiradores que atacaron la Sinagoga del Árbol de la Vida en Pittsburgh el año pasado y la Iglesia Madre Emanuel AME en Charleston en 2015.
La Iglesia en Estados Unidos renovó su llamado a todos los católicos de Estados Unidos a actuar rápidamente para dejar de usar ese lenguaje lleno de odio que degrada y divide y motiva a algunos a una violencia. “En cambio, les pedimos a nuestros líderes y a todos los estadounidenses que trabajen para unirnos como personas excelentes, diversas y acogedoras”.