A finales de los años 90, el actor mexicano Eduardo Verástegui llegó a ser un rostro reconocido en Hollywood. Sin embargo, como él mismo relató después, se sentía “vacío” y fue consciente de que formaba parte de una “mentira”. Se dio cuenta de que la idea del “éxito”, por la que tanto había luchado (incluidos sus inicios como cantante), estaba equivocada. Y ahí, por esa rendija, apareció Dios…
Llegó a platearse irse como misionero al Amazonas, pero un amigo suyo, el sacerdote Juan Rivas, le aconsejó que no se moviera, pues “Hollywood también es una jungla”. Y siguió en la llamada Meca del Cine, pero fiel al hombre y actor que quería ser: “Le hice la promesa a Dios de que jamás volvería a trabajar en ningún proyecto que ofendiera a mi fe, a mi familia o a mi comunidad latina”.
Su propia productora
Así, fundó la productora Metanoia Films (“metanoia” significa “conversión”), con la que poner en marcha películas con “valores” y en las que la defensa de la vida es un pilar clave. Así, su primera gran película en esta nueva senda fue ‘Bella’, dirigida por Alejandro Monteverde y protagonizada por el propio Verástegui. Con un claro mensaje provida, ganó el premio a film favorito del público en el Festival de Toronto.
Otras películas en las que el actor y productor ha participado han sido ‘Little Boy’ (en torno a las virtudes humanas a través de los ojos de un niños, destacando entre ellas la fe) o ‘Cristiada’ (donde se narra la ola de persecución anticristiana al forjarse el Estado laico mexicano).
Asociaciones solidarias y una gigantesca estatua
Además de su carrera como actor, Verástegui ha impulsado las entidades solidarias Manto de Guadalupe y Seamos Héroes. Últimamente, incluso, se ha especulado con que podría plantearse su entrada en la política, entrando en la carrera por la presidencia de México con un partido independiente.
Su última iniciativa ha sido la promoción de una obra arquitectónica que no dejaría a nadie indiferente (y mucho menos en el laico México): la construcción de El Cristo de la Paz, una escultura que sería la imagen de Jesús más grande del mundo (con sus 77 metros de altura), superando incluso a la del Cristo del Corcovado, en Brasil, de 30 metros. El monumento se erigiría en Ciudad Victoria (Tamaulipas), la tierra natal de Verástegui.