No son buenas las perspectivas para el Open Arms y crece el número de voces que reclaman una solución política para que el barco humanitario pueda cumplir su obejtivo. Para el director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal, José Luis Pinilla, en declaraciones a Vida Nueva, el problema de fondo es “un cuestión política” en la que “Europa tiene que ser consecuente con propia identidad de defensa de los Derechos Humanos”.
Las últimas noticias que llegan del Open Arms dan cuenta de la delicada situación que el buque está viviendo a la deriva por el Mediterráneo con 134 personas a bordo. Por ello, tras 16 días sin poder desembarcar a los migrantes rescatados ha tenido que declarar el “estado de necesidad” al no poder garantizar la seguridad. En estas semanas han tenido que realizar, además, 6 evacuaciones médicas.
Ahora mismo el barco está frente a la isla de Lampedusa, el territorio italiano que se encuentra más al sur. Desde hace 2 días se encuentra en aguas italianas sin que se haya autorizado el desembarco mientras siguen los procedimientos judiciales y las rencillas políticas.
“La respuesta política no va a ser inmediata”
La lentitud en los procesos –“cuando los acuerdos en otras cuestiones han sido rapidísimas” recuerda Pinilla– hace que las esperanzas se desvanezcan. “La respuesta política no va a ser inmediata”, vaticina el director del Secretariado que ha sacado una nota conjunta con entidades cristianas criticando la pasividad de los dirigentes. Algunos países han hecho declaraciones hacia la acogida de alguno de los migrantes, pedo de forma indefinida e insuficiente.
Y es que en esta lucha está la Iglesia, ya que el derecho humanitario y la preocupación por las vidas humanas al bordo del barco sintoniza con toda la Doctrina Social de la Iglesia y, especialmente, con los subrayados del papa Francisco que invita a todo esfuerzo aunque sea por salvar solo una vida.
“Hace falta una respuesta”
“Es una obligación humanitaria”, reclama Pinilla, que recuerda ante quienes critican el trasfondo ideológico con el que se trata la cuestión que a bordo del barco van niños –y “¿qué sabe un niño de las políticas europeas? Ni siquiera sabe nada del país a donde podría llegar”–. “Los niños son los más indefensos”, recuerda a la vez que reclama una respuesta de altura.
Mientras desde el barco relatan a través de twitter: “Día 16. El mundo es testigo de la pesadilla que les ha tocado vivir a las 134 personas que soportan la espera en la cubierta. Solo la falta de voluntad de los despachos que toman decisiones les aparta de un puerto seguro”. “Hace falta una respuesta”, concluye Pinilla.