En el ángelus del domingo, a partir del texto evangélico del día (Lc 12, 49-53), el papa Francisco ha reclamado que “la opción por el Evangelio es inaplazable” ya que la venida al mundo de Jesús “coincide con el tiempo de las opciones decisivas”. Esta realidad, señala el pontífice, pretende “ayudar a los discípulos a abandonar toda actitud de pereza, apatía, indiferencia y cerrazón para acoger el fuego del amor de Dios”.
Por ello, el evangelio presenta como el “deseo más ardiente” de Jesús el hecho de “traer a la tierra el fuego del amor del Padre, que enciende la vida y por el que el hombre se salva”. Por eso, llama a los creyentes a difundir ese “fuego del amor, encendido por Cristo en el mundo a través del Espíritu Santo” que “es ilimitado, universal”.
Un “fuego benéfico que superaba toda división entre individuos, categorías sociales, pueblos y naciones. Quema toda forma de particularismo y mantiene la caridad abierta a todos, con una sola preferencia: la de los más pobres y excluidos”, añadió.
Como ejemplo, el Papa ensalzó “con admiración en tantas comunidades y grupos de jóvenes que, incluso durante el verano, se dedican a este servicio para los enfermos, los pobres y las personas con discapacidad”. “De este modo, el Evangelio se manifiesta verdaderamente como el fuego que salva, que cambia el mundo a partir del cambio del corazón de cada uno”, añadió.
Por eso el mensaje de Jesús, para el pontífice, viene “a poner en ‘crisis’ –pero de manera saludable– la vida de sus discípulos, rompiendo las fáciles ilusiones de quienes creen que pueden combinar la vida cristiana y los compromisos de todo tipo, las prácticas religiosas y las actitudes contra los demás”. Para Bergoglio, “no hay que vivir de manera hipócrita, sino de estar dispuestos a pagar el precio de opciones coherentes con el Evangelio”, concluyó.