En un comunicado firmado en su sede de Bogotá, ayer 22 de agosto, la Vida Consagrada de América Latina y el Caribe (CLAR), “levanta su voz y se une al clamor universal: ¡no a la destrucción de la Amazonía!“.
Consternados ante los incendios que están masacrando desde hace 16 días uno de los grandes pulmones de la humanidad, los religiosos denuncian que “la amenaza, la destrucción provocada por los incendios forestales y pérdida de la biodiversidad, siguen siendo una muestra de la explotación ambiental y la violación sistemática tanto de los derechos humanos básicos de la población amazónica como de los derechos de la Madre Tierra. ¡El grito de nuestro territorio amazónico debe ser escuchado y atendido!”.
Levantan su voz
“Estamos devastando -lamentan- los ‘lugares epifánicos en donde se manifiesta la reserva de vida y de sabiduría para el planeta, una vida y sabiduría que hablan de Dios‘ (IL 19). Frente a la indignación que nos provoca la realidad presente, la Vida Consagrada levanta su voz profética para apoyar a la organización política y jurídica de los pueblos amazónicos, que defiendan el macro–parentesco que nos conecta con el corazón de la vida de la humanidad (cf. IL 20ss)”.
Por todo ello, reclaman a los gobiernos responsables de los países amazónicos “que custodien la ‘herencia gratuita que recibimos para proteger (…) el espacio precioso de la convivencia humana‘ y la responsabilidad compartida ‘para el bien de todos‘ (DAp. 471). Les pedimos unir esfuerzos, realizar los acercamientos necesarios para actuar prontamente ante esta emergencia ambiental que reclama la solidaridad de todos. Invitamos a toda la Vida Consagrada a unirnos en oración y a manifestarnos en las diversas marchas y actos que se están organizando en los diversos países en defensa de nuestro territorio amazónico“.