Europa

La diócesis de Poitiers da un salto en la pastoral LGTBI: “¿Tienes un hijo homosexual? ¡Nosotros también!”

  • El obispado francés cuenta con un departamento pionero que no solo busca la acogida, sino la concienciación por parte de las comunidades parroquiales
  • Isabelle Parmentier, virgen consagrada, ha exportado el proyecto a 35 diócesis y ya cuenta con el aval de la Conferencia Episcopal gala





La diócesis francesa de Poitiers ha dado un salto en lo que a la pastoral familiar a través de un programa pionero acogida a la comunidad LGTBI, que está siendo exportado a otros obispados y que cuenta con el visto bueno de la Conferencia Episcopal gala.

Al frente de este proyecto que se puso en marcha en 2013, se encuentra Isabelle Parmentier, una virgen consagrada, que ha puesto en marcha iniciativas tanto de acompañamiento personal como en grupo para tanto para personas homosexuales como para su entorno familiar, pero también buscando implicar a toda la comunidad parroquial.

La teóloga sostiene que la diócesis ha tomado como hoja de ruta las máximas que recoge el Papa Francisco en Amoris Laetitia: “acoger, acompañar, discernir e integrar”. “Descubrir la homosexualidad de un hijo supone un shock. Muchos ocultan este secreto familiar y se ahogan por la vergüenza que les causa”, reconoce la teóloga, que a la hora de plantear las líneas de acción también se pone en el lugar de aquellos que salen del armario a quienes busca ayudar para que “encuentren la paz” en el seno de la Iglesia.

Aunque cuenta con el encargo y respaldo de su arzobispo, Pascal Wintzer, la consagrada reconoce que no le está resultando fácil acometer esta tarea de sensibilización. No pocas veces ha visto cómo arrancaban sus carteles de los paneles parroquiales o encontraba la callada por respuesta de algunos párrocos. “Cuando tuve mi primer encuentro con la comunidad LGTBI me di cuenta de cuánto odiaban a la Iglesia y del sufrimiento incalculable que se había generado”, explica sobre su particular lucha contra la homofobia: “Uno no elige ser gay, el amor entre dos personas del mismo sexo no es pecado”.  

Abrir caminos de conversión

Según plantea la propia diócesis en su documento base, el objetivo de esta pastoral LGTBI es mejorar “el conocimiento, apoyo e integración de las personas homosexuales en la vida de las comunidades cristianas”. El obispado reconoce que “las alegrías y sufrimientos del pasado” suponen un desafío para la fe, además de una llamada para “abrir nuevos caminos de conversión a la fraternidad”. “No solo se trata de dar la bienvenida, sino de estar dispuestos a ofrecerles un lugar entre nosotros”, defiende el programa de la diócesis francesa.

“¿Sería posible construir una Iglesia que viva el Evangelio desde un acompañamiento recíproco, entre hermanos, con la misma humanidad? Jesús sabía cómo combinar la exigencia y la misericordia”, explica Parmentier que ha comprobado cómo en su primera convocatoria con el colectivo LGTBI no acudió ningún sacerdote. En dos años, le respaldaban una decena. Y sigue sumando apoyos.

Así, esta apuesta de Poitiers pasa por proponer retiros espirituales, convivencias, vigilias de oración, catequesis en torno a Amoris Laetitia… De la misma manera, Parmentier orienta a quienes acuden a ella para promover el asociacionismo creyente entre quienes forman parte del colectivo LGTBI impulsando y respaldando grupos cristianos que ya están en marcha en la región como “Devenir Un en Christ”, “Réflexion et partage” y “David et Jonathan”. Además, también cuentan con un grupo de padres y abuelos en la localidad de Niort bajo el lema  “¿Tienes un hijo homosexual? ¡Nosotros también!”.

El ciclo de las cuatro noches

Una de las actividades más innovadoras de las que plantean es lo que han venido en llamar “El ciclo de las cuatro noches”. Se trata de un encuentro de varias veladas en las que se busca promover el diálogo con el colectivo LGTBI con un eslogan interpelador: “Hablemos de las diferencias: ¿qué nos molesta?”.

“No es un debate de ideas, sino un compartir la vida lleno de emoción”, explica Parmentier de lo que define como “una asamblea de una Iglesia plural, sencilla y fraterna”. “Gran parte de la atención pastoral que podemos ofrecer es dar luz a través de los testimonios que comparten con nosotros y buscar una resonancia desde el Evangelio”, explica el padre René Dissard, participante en estas jornadas.

Tal ha sido el eco de estas veladas que se ha exportado ya a otras diócesis: Tours, Nantes, Orleans, Angulema, Limoges. De la misma manera, este programa LGTBI de Poitiers ha llevado a convocar tres encuentros anuales en el que participan sacerdotes y laicos de diferentes diócesis para compartir reflexiones pastorales e iniciativas, con el apoyo de la comisión episcopal francesa de familias. En total, ya son 35 las diócesis que siguen las pautas que ha ido elaborando Isabelle Parmentier.

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