Ayer, martes 27 de agosto, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se reunió en Madrid con la Coordinadora Estatal de ONG para el Desarrollo, que incluye a 78 organizaciones, cinco entidades sociales y 17 coordinadoras autonómicas, presentes en total en más 105 países.
En el desarrollo del encuentro, el líder del Ejecutivo socialista recalcó que “la política de cooperación tiene que ser una política de Estado”. Y fue más allá, al apuntar que, en caso de poder formar Gobierno, cumplirá con su compromiso electoral de destinar el 0,5% de la Renta Nacional Bruta (RNB) a la cooperación, como paso para llegar al 0,7%. “Una medida –explica la Coordinadora en un comunicado– para la que sería necesario aumentar en los próximos presupuestos generales, al menos, 800 millones de euros para esta política pública”.
La entidad jesuita Entreculturas, que forma parte de la Coordinadora, fue más allá y, a través de su cuenta de Twitter, se mostró exigente con Sánchez. Así, toman todas las promesas pronunciadas ayer y aseguran que “le tomamos la palabra”.
Bajo el hastag de #OtraCooperaciónEsUrgente (mucha más ambiciosa del habitual lema, “otra cooperación es posible”), Entreculturas es rotunda: “Necesitamos pasar de las palabras a los hechos. El contexto mundial que vivimos nos exige políticas públicas que estén a la altura. La cooperación ha de ser una de ellas”.
Y es que, entre otras medidas que las ONG le exigen a Sánchez, está apostar por una “una cooperación orientada a luchar contra la pobreza y la desigualdad y ajena a intereses comerciales, geoestratégicos o de control de fronteras”. Algo que debe tener su reflejo en las fronteras, demandando “políticas migratorias, comerciales y económicas que sean coherentes con la defensa de los derechos humanos en todo el mundo”.
Por último, la Coordinadora es clara a la laman a la hora de llamar a “la responsabilidad de todos los partidos políticos”, pues “es prioritario llegar a los acuerdos que sean necesarios para no celebrar de nuevo elecciones. La ciudadanía ha enviado un mensaje claro: las elecciones no son una opción; el diálogo y los acuerdos, sí”.