“Tanto el mexicano como el colombiano somos muy propensos al odio y a la venganza”, asegura el padre Leonel Narváez, creador de la Fundación para la Reconciliación, que tiene entre sus programas las Escuelas de Perdón y Reconciliación.
En entrevista para Vida Nueva, el sacerdote –quien próximamente estará en México– explicó que hoy en día las Escuelas de Perdón y Reconciliación tienen presencia en 22 estados del país, donde el 90% de los participantes son mujeres.
“México es uno de los países donde más se ha fortalecido esa propuesta del perdón y reconciliación, porque tanto el mexicano como el colombiano, y el latino en general, son muy propensos al odio, al ajuste de cuentas y a la venganza. Ahí es donde esta propuesta gana fuerza”.
Un tema muy importante
Para el sacerdote colombiano, en la actualidad el tema de la reconciliación y del perdón es casi tan importante como el calentamiento global: “es el recalentamiento del alma y del corazón. Parece que se está exasperando el rechazo hacia quien es diferente, y todo revienta cada vez más en violencia”.
Desde la experiencia del sacerdote Leonel Narváez, la venganza o el ajuste de cuentas es el principal motivador de las violencias de todos los países de Latinoamérica; “si bien el ser humano es por naturaleza vengativo, nos hemos dado cuenta que el motivador de la peor de las violencias, que es el homicidio, es justamente el ajuste de cuentas. Y para ello no sirve ni la cárcel ni la policía ni el ejército”.
Explicó que para tratar el problema del ajuste de cuentas o el rencor hay que hacer “un acto pedagógico, un ejercicio de humanidad, un salto evolucionario”, lo cual no es fácil, sobre todo para las personas que no tienen la capacidad de realizar esos “ascensos espirituales”.
Una alternativa muy eficaz
Esta realidad fue la que hace 15 años motivó el surgimiento de la Fundación para la Reconciliación, que actualmente tiene presencia en 21 países, y a través de la cual se ayuda a las personas a superar la rabia, los rencores, las ganas de venganza y el odio. Esta fundación cuenta con las Escuelas de Perdón y Reconciliación EsPeRe, que son cursos de 40 a 60 horas, en los que la mitad del tiempo se trabaja en el perdón y la otra parte en la reconciliación.
Los cursos –detalló el sacerdote- surgieron en Colombia y se fueron replicando por toda Latinoamérica; “poco a poco hemos ido formando animadores o talleristas de esas escuelas”.
El modelo de las EsPeRe se creó con ayuda de expertos de la Universidad de Harvard: “comenzamos preguntándonos cómo hacer para que el perdón se convirtiera en una herramienta popular, fácil de aplicar para la gente, y fue así como logramos acuñar la propuesta”.
Agrega: “El modelo lleva un método fácil, lúdico, que obliga a la persona a hablar mucho de sí misma, de su dolor, de su trauma; hacer un poco de catarsis, y le ayuda a hacer un giro narrativo para que pase de la rabia, el rencor, las ganas de venganza, a pensar que él puede practicar y aplicar la misericordia, la compasión con los demás y el perdón”.
El sacerdote reconoció que el tema del perdón no es sencillo, pues “hay personas que no lo logran en el primer curso, pero al menos les ayuda a transformar sus odios y rencores en deseos de compasión y misericordia; ese es un giro narrativo muy importante, y yo diría que el perdón es eso: cómo pasar de las ganas de venganza a las ganas y deseos de practicar la misericordia y la compasión”.
De visita en México
El padre Leonel Narváez estará en México del 27 al 29 de septiembre en Casa Lago de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en el Estado de México.
El objetivo del encuentro es “animar a la gente, llenarla de contenidos para que pueda compartir con otros sus conocimientos. Reuniremos sobre todo a los coordinadores para discutir algunos temas teóricos y metodológicos, y así ayudarles a que su actividad sea cada vez más efectiva. Tendremos conferencistas de otros países que compartirán sus logros para que los participantes crezcan en el ejercicio de lo que se hace bien”.