Los acuerdos de paz en Colombia están en jaque, con el anuncio de parte de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) de la vuelta a las armas en voz de quien fuera negociador en la Habana, Iván Márquez, acompañado del evadido Jesús Santrich, dieron ese madrugonazo al país acusando al gobierno de incumplir con la implementación de los acuerdos de paz. Ya la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) ha fijado posición: la paz es el único camino para la reconciliación y es tarea de todos. Punto final.
Más allá de las conjeturas desde distintos sectores políticos y sociales, unas más pesimistas, lo cierto es que en el propio seno de las FARC hay profundas divisiones al punto que Rodrigo Londoño, líder del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, se desmarcó de sus otrora compañeros de armas.
¿Volverá Colombia al conflicto o seguirá la ruta de la paz que a la que con tanto esfuerzo se llegó? Para entender este dilema, Vida Nueva ha conversado con monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombia, cuya labor por la paz es reconocida en el país desde los años 90, y participó de los recientes procesos de negociaciones entre las FARC y el gobierno, que llevaron a la firma de los acuerdos de paz.
Cuando toda la Iglesia se prepara para celebrar la semana por la paz del 2 al 9 de septiembre, este baldazo de agua fría ha caído sobre los colombianos, no obstante Henao ha asegurado que “la implementación nunca ha parado, la implementación de los acuerdos siempre ha continuado y siempre ha estado avanzando”.
También ha admitido que el ritmo de implementación ciertamente ha disminuido, pero no se ha arruinado. “En particular la implementación se está ejecutando en el campo de la reintegración de los excombatientes de las FARC, lo cual es bastante positivo. Hay unos desafíos grandes que el gobierno ira abordando progresivamente y uno de ellos tiene que ver con la Reforma Rural Integral que está también en los acuerdos”.
Para el presbítero la implementación de estos acuerdos debe darse de manera integral, porque “allí hay puntos que son de mediano y largo plazo que requieren ser siempre ser puestos en camino para que la implementación no se centre solamente en unas partes”.
Por otra parte, Héctor Fabio Henao ha mencionado que la situación del país es compleja. “Sabíamos que la etapa posterior a la firma de los acuerdos de paz iba a ser difícil, que debía haber muy pronto un ocupamiento del Estado con sus distintos organismos sociales para satisfacer las necesidades de la población de manera muy rápida para asegurar que esos mismos territorios no fueran cooptados por otros actores ilegales”.
Entre estos actores irregulares que han sembrado el miedo en los territorios desmovilizados están – ha dicho –, los grupos herederos del paramilitarismo, el ELN o nuevos grupos armados, principalmente por el control territorial para el tráfico de drogas: “Todo eso lamentablemente ha tenido un impacto muy fuerte con consecuencias humanitarias enormes”.
Si bien a juicio del sacerdote la criminalidad en el país ha disminuido en cuanto al número de homicidios, todavía persisten temas relacionados con el asesinato y amenazas a líderes sociales, defensores de derechos humanos y líderes indígenas por “relaciones particularmente sensibles a los compromisos de derechos comunitarios sigue siendo tema mucho cuidado y motivo de mucha preocupación”.
La Iglesia persistirá en su labor de la implementación de la paz, el perdón y la reconciliación, por ello desde distintas instancias han sostenido diálogos muy cercanos con organizaciones sociales, plataformas de derechos humanos y con organizaciones que están trabajando en el campo del acompañamiento a las personas amenazadas y “en ese diálogo hacemos parte de la Mesa por la vida que lidera la Procuraduría General de la Nación”.
Desde estos espacios se han creado una serie de pasos colectivos para “hacer seguimiento y ayudar a que el Estado defina cada vez más la política de protección y active todos los mecanismos que existen y ejerza una coordinación interinstitucional que dé una respuesta efectiva a la implementación de los acuerdos de paz”.
La paz se logrará cuando se empiece a combatir la inequidad, por ello ha recomendado al gobierno aunar esfuerzos para generar acciones más contundentes para equilibrar el desarrollo entre las distintas regiones. Para la población en general ha animado a seguir el compromiso ciudadano de adoptar todos los mecanismos de participación, donde “la voz ciudadana pueda ser escuchada para alimentar y agilizar lo que es el trámite de las aspiraciones de las comunidades”.
“Estamos en un momento en el cual es muy importante mantener una visión de mediano y largo plazo, en la que seamos capaces de identificar cuáles son los grandes aportes que la ciudadanía puede hacer y de esa manera seguir trabajando de la mano, porque se han dado logros se deben sustancialmente a la participación ciudadana activa en distintos momentos”, acotó.
Además ha pedido involucrar los valores de la fe en la perspectiva nacional que estamos construyendo, “eso significa dar mayor fuerza al trabajo por la reconciliación, el cual abrirá las puertas a muchos otros logros”.