Entrevistas

Márcia Oliveira: “Unir fuego y política es un error”





Profesora de la Universidad Federal de Brasil, en 2010 Márcia Oliveira empezó a colaborar con la Comisión Pastoral de la Tierra y Cáritas y asesora desde 2014 a la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en temas relativos a las migraciones, el tráfico y trata de personas, las fronteras y los conflictos socioambientales. Su formación y experiencia le llevarán a participar en calidad de perita en el próximo Sínodo.

PREGUNTA.- ¿Cuál es su evaluación de esta catástrofe?

RESPUESTA.- Los incendios son muy graves, pero es un tema muy complejo, porque hay muchas técnicas de siembra que consideran la quema como parte del proceso, especialmente los que siembran pasto para el ganado y soja. Necesitan toda la tierra para la siembra, de manera que los daños son irreversibles.

P.- El presidente Bolsonaro ha acusado a ONG ambientalistas de ser las responsables de los incendios, y estas señalan al Gobierno. ¿Cómo se explica?

R.- Relacionar los incendios con las ONG no tiene sentido, porque la mayoría de las que están presentes en la Amazonía trabajan defendiendo la selva. Por ejemplo, el Instituto Socioambiental o el Instituto Mamirauá. Asociar los incendios a lo político o ideológico es un error. Las ONG que trabajan con los indígenas, como el Consejo Indigenista Misionero, llevan muchos años defendiendo a estos pueblos y en ningún momento tienen interés en dañar la selva. Todo lo contrario.

Que el Gobierno haya hecho bandera política de este tema es una estrategia para propiciar la fragmentación de los movimientos sociales que actúan en una región sobre la que históricamente han tenido interés en proteger el bosque. Lo que quiere el Gobierno es la entrada de las empresas del agronegocio y de la minería, que hace mucho tiempo están a la espera del momento exacto para actuar a gran escala en la región con el permiso gubernamental.

Impacto a varios niveles

P.- ¿Qué impacto tendrán todos estos incendios en el ámbito económico, social, político, ecológico…?

R.- Bertha Becker, una importante investigadora brasileña, no se cansa de repetir que el valor de la selva es la selva en pie, que tiene muchísimo más valor en pie que incendiada. Hay plantas con propiedades medicinales, de usos milenarios, almendras propias de esta región con un gran valor comercial…

Otro punto es el aspecto económico. Con las pérdidas irreversibles de los incendios hay un cambio de interés, ya que la selva viva pertenece a los pueblos de la Amazonía y quemada va a pertenecer a extraños. No hay población brasileña empleada en la ganadería o el agronegocio, dos sectores de la economía con pocos cupos para la población local. Casi siempre son extranjeros con conocimientos en tecnología e informática para la producción automatizada. Esto hace que las tribus del territorio se desplacen hacia las periferias buscando formas de trabajo y dejando así sus formas de economía y sustento.

La perspectiva política tiene gran relevancia desde el momento en que cambian de manos el territorio y sus ganancias. La finalidad de las empresas es arrebatar el control a los pueblos de la Amazonía y tener así el control sobre los recursos naturales de la zona. Así, en las ciudades tenemos un 83% de la población de la Amazonía viviendo en condiciones de desigualdad, con poca higiene y sin garantías de salud y educación, en extrema pobreza…

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