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El ex cardenal McCarrick habla por primera vez desde que fuera condenado por abusar de menores: “No soy tan malo”

  • Retirado en la comunidad de St. Fidelis en Kansas, ha reafirmado a un diario estadounidense su inocencia
  • “Todavía tengo un gran afecto y respeto por el Santo Padre”, ha dicho





El ex cardenal Theodore McCarrick, primero en renunciar a su ministerio por acusaciones de abuso sexual, vive desde hace un año en el pequeño pueblo de Victoria (Kansas). Y es que, en junio de 2018, el Vaticano lo retiró de forma abrupta de su cargo por considerar creíble el testimonio de un monaguillo, que aseguraba que McCarrick había abusado sexualmente de él en la década de 1970. Pero su denuncia, prescrita por los años transcurrido desde los hechos, no fue la única.

Después de esto, McCarrick, de 89 años, no ha hablado públicamente en más de un año. Hasta ahora, que ha concedido una entrevista a la periodista norteamericana Ruth Graham en la propia comunidad de St. Fidelis, donde se encuentra el ex cardenal y de donde asegura que “nunca sale, ni siquiera a la basílica que hay al lado”. 

A las acusaciones de agredir sexualmente a menores y tener acercamientos no deseados en estudiantes de seminario que invitó a su casa de playa en Nueva Jersey a lo largo de muchas décadas, McCarrick sigue negado su veracidad. “No soy tan malo como me pintan”, ha dicho. “No creo que haya hecho las cosas de las que me acusaron”.

Contra las acusaciones de Viganò

Pero, de todas las acusaciones, la única que el ex cardenal ha querido discutir específicamente es la de James Grein, quien sostiene que McCarrick lo había tocado mientras le escuchaba en el confesionario. “Lo de la confesión es algo horrible”, apuntó, añadiendo que durante sus 60 años de sacerdocio, “nunca hubiera hecho algo así. Eso fue horrible tomar el sacramento sagrado y hacerlo pecaminoso”.

En cuanto a la falsedad de las acusaciones contra él, como es el caso de los testimonios de los seminaristas en la playa, está convencido de que “se les animó” a declarar así, aunque no señala a nadie en concreto. Solamente, afirma que tiene “enemigos”. “Solo hay que ver los muchos jóvenes que pasaron por la casa de la playa y nunca tuvieron problemas allí”, se justifica.

McCarrick también ha tenido palabras contra sus supuestos enemigos dentro de la propia Iglesia. En concreto, Carlo Maria Viganò, ex diplomático del Vaticano en Estados Unidos y que, a través de una carta, acusó abiertamente al papa Francisco – por quien confiesa tener todavía “un gran afecto y respeto” – de levantar las sanciones contra McCarric impuestas por Benedicto XVI. “Estaba hablando como representante de la extrema derecha, creo”, ha dicho McCarrick sobre Viganò. “No quiero decir que es un mentiroso, pero creo que algunos de los obispos han dicho que no estaba diciendo la verdad”.

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