Ya está en Mozambique el papa Francisco, el aeropuerto de Maputo ha recibido al pontífice que permanecerá en el país hasta el próximo viernes cuando siga rumbo hasta Antananarivo, la capital de Madagascar. El pontífice viajó a bordo del vuelo AZ 4000 en un Airbus 330 de la compañía Alitalia, cumpliendo un trayecto de 7.826 km.
Tras una jornada de viaje, ya que Bergoglio dejaba Roma a las 8:00 h. de la mañana, solo la jornada de bienvenida completa la agenda de la jornada que se retoma ya mañana jueves con la visita al presidente del país y el encuentro con la sociedad civil, un encuentro interreligioso con los jóvenes del país –los musulmanes representan un 20% de la población, con 4 millones de fieles frente a los 3 millones de católicos, sin contar la fuerte presencia animista–, una oración con el clero y la vida religiosa y la visita a un centro de acogida.
“Esperanza, Paz, Reconciliación”
La jornada del viernes en el país comprende la visita a un hospital y una eucaristía masiva. A través de los distintos discursos y celebraciones, el papa Francisco pondrá de manifiesto su mensaje de “Esperanza, Paz, Reconciliación”, como se desprende del lema elegido para la visita. Precisamente, en un vídeo previo al viaje, el pontífice invitaba a todo el pueblo de Mozambique a “unirse en la oración para que Dios, Padre de todos, fortalezca la reconciliación fraterna” en el país y en toda África, ya que es “la única esperanza de una paz firme y duradera”.
Aunque Mozambique no ha olvidado la visita de Juan Pablo II en 1988, en plena Guerra Civil, las circunstancias han cambiado. Tras vivir una transición frágil y complicada –con amenazas de nuevos brotes por los dirigentes que se perpetúan en el poder– tras 15 años de conflicto bélico, el país sigue sufriendo por las minas, la pobreza, la corrupción o la falta de un seguridad y de una Justicia eficaz el mensaje de esperanza del Papa se hace más necesario que nunca. El pontífice podrá animar las iniciativas sociales y eclesiales de desarrollo para que las desigualdades se reduzcan al máximo.
