A la edad de 100 años falleció en la ciudad de Floridablanca, cerca del área metropolitana de Bucaramanga, en Santander, el cardenal José de Jesús Pimiento Rodríguez, decano del colegio cardenalicio, como consecuencia de un infarto.
El deceso de Pimiento se produjo el martes 3 de septiembre a las 5:10 de la tarde, en la Casa Sacerdotal San José, donde pasó sus últimos años. Desde el pasado 20 de agosto su salud se había deteriorado por un edema pulmonar, primero, y, posteriormente, por una caída ocasionada por una falla cardiaca.
“Los obispos elevan oraciones por él y dan gracias a Dios por su testimonio vocacional y larga vida“, manifestó la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de un breve comunicado en el que expresa “su saludo fraterno de condolencias a la familia del señor cardenal y al clero de la Arquidiócesis de Bucaramanga”. Por su parte, la arquidiócesis de Bucaramanga ha anunciado que estará en cámara ardiente en la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia desde las 7:00 de la mañana de este 4 de septiembre.
Sus hermanos en el episcopado lo recuerdan, además, por “su aporte a la paz del país desde lo académico y con acciones orientadas a sensibilizar sobre el bienestar común y el desarrollo“.
Pimiento Rodríguez nació en Zapatoca (Santander) el 18 de febrero de 1919. Fue ordenado sacerdote el 14 de diciembre de 1941 en Bogotá. A los 36 años y con 14 de servicio a la diócesis de San Gil, el papa Pío XII lo nombró obispo el 14 de junio de 1955. Su ordenación episcopal tuvo lugar el 28 de agosto de ese año, de manos del cardenal Crisanto Luque Sánchez, arzobispo de Bogotá.
En su longeva trayectoria pastoral en la Iglesia colombiana fue obispo auxiliar de Pasto (1955-1959), obispo diocesano en Montería (1960-1964), en Garzón (1964-1975) y, finalmente, arzobispo de Manizales durante 21 años (1975-1996).
Entre 1962 y 1965 participó en las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II. “Yo fui padre conciliar y veo con dolor que el Concilio no se ha aplicado. Yo procuré pero no me entendieron. La pedagogía del Concilio no se ha hecho“, lamentó en una entrevista concedida a Vida Nueva, en 2015, cuando fue creado cardenal por el papa Francisco. Pimiento consideraba que “el Concilio todavía no está aplicado totalmente, tampoco las enseñanzas del Papa están asimiladas totalmente”.
A nivel de la Iglesia Latinoamericana participó en tres de las cinco Conferencias Generales del Episcopado: en Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992). Asimismo, presidió la CEC durante dos periodos consecutivos, entre 1972 y 1978.
Como arzobispo de Manizales creó obras pastorales, como el Centro de Evangelización y Catequesis, y la Casa de la Juventud, entre otras, y lideró numerosas acciones sociales, como la generación de 100 soluciones de vivienda para los damnificados por la erupción del volcán Nevado del Ruiz en 1985.
Su sensibilidad por el servicio a los más necesitados también se hizo patente siendo obispo emérito, cuando colaboró como misionero en la diócesis de Apartadó, en el Urabá antioqueño.
El capelo cardenalicio lo sorprendió a los 95 años, cuando el papa Francisco anunció su creación en el segundo consistorio que se celebraría el 14 de febrero de 2015, en Roma, al cual no pudo asistir debido a su edad avanzada.
Sin embargo, el 28 de febrero recibió, en la Catedral Primada de Bogotá, el anillo cardenalicio y el pergamino con el título otorgado por el Papa, de manos del cardenal Rubén Salazar Gómez el birrete.
Aunque hacía parte del grupo de cardenales ‘no electores’ del sucesor de Pedro –por superar el umbral de los 80 años–, tenía claro que, de cara a la reforma vaticana, “lo fundamental es desmontar toda esa fantasía de poder que se estableció históricamente y lo que ha sido la curia en una centralidad de poder, eso le ha deformado la mentalidad a los cardenales… No en todos, ahí hay santos, pero hay de todo, carreristas… eso es lo fundamental y eso es lo más delicado”.
A propósito del obispo de Roma y del perfil que deberá tener su sucesor, llegaría a confesar a Javier Darío Restrepo que “Francisco viene como un ventarrón de dinámica de aplicar el Evangelio. Eso hay que continuarlo, esa es la continuidad de la pastoral, el que venga debe seguir. El estilo será distinto, porque cada quien tiene su talante, pero que la obra siga, porque es la obra de Dios”.
Históricamente Colombia ha tenido nueve cardenales. Con la muerte de José de Jesús Pimiento, el país queda con dos cardenales: Pedro Rubiano y Rubén Salazar Gómez. En un eventual cónclave, solo Salazar es elector.