“A vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos” (Lc 6,27). El papa Francisco ha recordado estas palabras del Evangelio durante su homilía esta mañana en la misa que pone punto y final a su visita a Mozambique. Se trata de “unas palabras de Jesús dirigidas también a nosotros hoy que lo escuchamos”, ha expresado ante el abarrotado estadio de Zimpeto, en Maputo.
Y ha proseguido: “Lo dice con claridad, sencillez y firmeza señalando un sendero”, porque “Jesús no es un idealista que desconoce la realidad, él está hablando del enemigo concreto, del enemigo real, de aquel que nos odia, excluye, insulta y proscribe como infame”. “Muchos de vosotros todavía podéis contar en primera persona historias de violencia, odio y desencuentros –ha continuado–; algunos en carne propia, otros de alguien conocido que ya no está, otros incluso por el miedo de que heridas del pasado se repitan e intenten borrar el camino recorrido de paz”.
Francisco ha recalcado que “Jesús no nos invita a un amor abstracto, etéreo o teórico, redactado en escritorios y para discursos. El camino que nos propone es el que Él recorrió primero, el que lo hizo amar a los que lo traicionaron y juzgaron injustamente, a los que lo mataron”.
Y es que “Jesucristo invita a amar y a hacer el bien; que es mucho más que ignorar al que nos hizo daño o hacer el esfuerzo para que no se cruce en nuestras vidas: es un mandato a una benevolencia activa, desinteresada y extraordinaria con respecto a quienes nos hirieron. Pero no se queda allí, también nos pide que los bendigamos y oremos por ellos; es decir, que nuestro decir sobre ellos sea un bien-decir, generador de vida y no de muerte, que pronunciemos sus nombres no para el insulto o la venganza sino para inaugurar un nuevo vínculo para la paz”, ha indicado.
Superar la división
Jorge Mario Bergoglio ha aprovechado su última intervención en Mozambique para hacer un nuevo canto a la paz. “No se puede pensar el futuro, construir una nación, una sociedad sustentada en la ‘equidad’ de la violencia. No puedo seguir a Jesús si el orden que promuevo y vivo es el ‘ojo por ojo, diente por diente'”, ha aseverado.
En este mismo sentido, el Papa ha señalado que “ninguna familia, ningún grupo de vecinos o una etnia, menos un país, tiene futuro si el motor que los une es la venganza y el odio. No podemos ponernos de acuerdo y unirnos para vengarnos, para hacerle al que fue violento lo mismo que él nos hizo, para planificar ocasiones de desquite bajo formatos aparentemente legales. La ‘equidad’ de la violencia siempre es una espiral sin salida y su costo es muy alto”. A la vez, ha recordado que “otro camino es posible”, porque “es crucial no olvidar que nuestros pueblos tienen derecho a la paz. Vosotros tenéis derecho a la paz”.
Por último, el Papa ha lamentado también que “el mundo desconozca la virtud de la misericordia”. Por ello, ha invitado a los mozambiqueños a “superar los tiempos de división y violencia”, ya que “esto supone no solo un acto de reconciliación, sino el compromiso cotidiano de cada uno de nosotros de tener una mirada atenta y activa que nos lleve a tratar a los demás con esa misericordia y bondad con la que queremos ser tratados”. Y ha puntualizado: “Se trata de una actitud de fuertes y no de débiles, una actitud de hombres y mujeres que descubren que no es necesario maltratar, denigrar o aplastar para sentirse importantes, sino al contrario”.