Con un llamado a la solidaridad con las víctimas del huracán Dorian, la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha manifestado su cercanía con la Iglesia en el Caribe tras la devastación que ha dejado a su paso por las islas Ábaco y las Bahamas esta semana.
Muerte y devastación
Al menos 43 personas han perdido la vida, muchas más permanecen desaparecidas y se cree que más de 70.000 han quedado sin hogar, según las Naciones Unidas.
“A nuestros hermanos obispos y comunidad creyente de esta región caribeña, les abrazamos y acompañamos con nuestra plegaria común, invocando del Señor fortaleza para ustedes”, se lee en un comunicado que ha sido dado a conocer por el CELAM.
Los miembros de la presidencia del organismo eclesial latinoamericano –en cabeza del arzobispo de Trujillo, Perú, Miguel Cabrejos– expresaron su “preocupación y congoja, particularmente al pensar en quienes han perdido la vida y en las miles de personas damnificadas por este fenómeno natural”.
Caridad afectiva y efectiva
Apelando a la caridad evangélica, el CELAM invita a las iglesias en América Latina a unirse “en oración por los hermanos que sufren” y a “sumar fuerzas por una caridad afectiva y efectiva”.
Este clamor por la solidaridad se extiende a la comunidad internacional, “especialmente a quienes gobiernan las naciones, a poner sus ojos en esta región del mundo y hacer presente la solidaridad de las naciones”.
Foto: El Comercio