Este 11 de septiembre comienza una nueva edición de Masterchef en La 1 de TVE con famosos. Entre los concursantes que pasarán por los fogones está Tamara Falcó, la hija única de Isabel Preysler y el marqués de Griñón, Carlos Falcó, que se convirtió en 2011 tras leer la Biblia Didáctica de PPC-SM.
Para Falcó, que de cocina sabe lo justo y que últimamente se dedica al mundo la moda con una colección propia, esta participación en el programa es casi un movimiento de la Providencia: “creo que Dios me ha puesto ahí para enseñarme a cocinar”, confiesa a Luz Sánchez Mellado en una entrevista para ‘El País’. Ahora ha descubierto que “es tan bonito que me ha enamorado. Ahora, solo con amor no funciona: es amor y técnica”.
De la Virgen María a san Agustín
En la entrevista, además señala que su “ideal de mujer buena es la Virgen María, que pone las necesidades de Dios y su hijo por encima de las suyas” tanto es así que una de las perras se llama “Jacinta, como la pastorcilla de Fátima, porque la recogí el día de la Virgen”.
La fe, a Tamara Falcó le genera confianza, por eso recalca que: “yo me fío muchísimo, de hecho rezo un montón en las pruebas, pero también corro. San Agustín decía que tienes que trabajar como si Dios no existiera para luego saber que todo es gracias a él. Y mi madre, que Dios solo ayuda a quien se ayuda”. Quizá por eso se siente tan “fenomenal”, una de las palabras que tiene siempre en la boca.