“Quitemos todo aquello que me separa del que me encuentro mi camino”. Este es el mensaje que al cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, le gustaría que quedara en el corazón del ciudadano de a pie tras la celebración del Encuentro Internacional Paz sin Fronteras, que se va a celebrar en Madrid entre este domingo y el martes.
Durante tres días, la Comunidad de Sant’Egidio movilizará a más de 300 personalidades civiles y religiosas de diferentes confesiones en diferentes mesas redondas en las que se abordarán temas como la justicia social, la no violencia, el rol de las redes sociales, el futuro de Europa y América Latina, las migraciones, la preservación de los lugares de culto, la mujer o la convivencia en las ciudades. La cita culminará en una vigilia de oración en la plaza de la Almudena al atardecer del martes.
Diálogo sin difuminar
“Es urgente hacer de este mundo una casa y dejarnos de peleas”, subrayó el purpurado que subrayó el hecho de que “no podemos poner en nuestro corazón alambradas ni muros. Un seguidor de Jesus debe ser capaz de ponerse en diálogo con todos, y eso no difumina su seguimiento sino que lo refuerza”, comentó el cardenal.
“Hay quien puede pensar que es solo un sueño, pero para mí es una realidad que se cumple en Nuestro Señor”, explicó Osoro, que hizo un lanzamiento al encuentro entre las religiones para promover una verdadera libertad “tal y como nos pide el Concilio Vaticano II”.
Ajenos al buenismo
En esta misma línea se pronunció en relación a la iniciativa legislativa de VOX para levantar un muro en Ceuta y Melilla, el cardenal fue categórico: “El mundo no se arregla construyendo muros, sino haciendo puentes. Esto no es buenismo, sino de mi conciencia como cristiano y como pastor. La casa no se hace con muros sino con puertas. Habrá que establecer reglas de juego para caminar por esa casa, pero no hay que hacer muros”.
Sobre la previsible convocatoria de elecciones, Osoro se ha limitado a asegurar que “ya he dejado claro cuál es mi mirada”. En esta misma línea sobre el pronunciamiento del Tribunal Supremo sobre la exhumación de Franco, insistió en que “mi postura la adopté hace mucho tiempo. Es un problema del Gobierno u de la familia, de la familia y del Gobierno. Lo mantendré hasta que me muera”.
Integración posible
Por su parte, el presidente de la Comunidad de Sant’Egidio, Marco Impagliazzo, anunció que están negociando con la UE la apertura de corredores humanitarios de refugiados en toda Europa, en la línea de los que ya funcionan en países como Italia. Hasta 3.000 familias han acogido “demostrando que la integración es posible sin fantasmas ni miedos”, sostiene Impagliazzo.
“Se trata de una vía legal ecuménica realizada entre las diferentes Iglesias cristianas que le hemos propuesto a la presidenta de la Unión Europea para que los corredores no dependieran de cada país, sino que se faciliten y promuevan desde Bruselas”, añadió el presidente de esta realidad eclesial.
Junto a esta iniciativa, comentó que también están trabajando “para que haya cuotas bilaterales por parte de los países europeos”. Así, el máximo responsable de Sant’Egidio comentó que esta es la mejor vía para promover una política migratoria ordenada junto a “la reagrupación familiar como medio de mayor integración en Europa de los refugiados. No se trata de una migración sin límites y sin sentido”.
