A Luz Gabás le pueden los libros. Viviría para devorarlos. Entre otras cosas, porque existe para escribirlos. Hasta ahora ha publicado ‘Palmeras en la nieve’, convertido en superventas tras su adaptación al cine; ‘Regreso a tu piel’ y ‘Como fuego en el hielo’. Ahora nos llega una nueva maravilla de tinta: El latido de la tierra (Planeta), con una escritura más sincera que nunca, que regresa a su pasado, a esa España deshabitada. Imposible despegarse de su conversación y de su libro.
PREGUNTA.- Se ha vuelto a la literatura “rural”, a la llamada España vaciada…
RESPUESTA.- En parte, era el horizonte que tenía en la cabeza para el libro. Pero también la historia de mi generación, porque hemos sido testigos del cambio. Quizás hablamos de este tema para ver qué hacemos con la despoblación.
P.- Muchos lugares estuvieron vivos hasta hace nada y, de pronto, se han borrado de la historia. ¿Debemos cambiar nosotros, las políticas de repoblación…?
R.- Cuando oigo a la gente hablar con idealismo del mundo rural, les digo: “¡Pues vente!”. Quedarse a vivir es otro paso. Hoy no es tan diferente el campo de la ciudad. Las comodidades también han llegado. Pero, pase lo que pase, tenemos que ser conscientes de que nada será igual. No podemos volver a vivir lo que vivieron nuestros padres o abuelos. Quizá como sociedad tenemos que volver la vista a esa unión con la naturaleza, porque nos da una vida más sosegada que el estrés generado en las ciudades. Nuestra generación fue educada en la idea del esfuerzo, el sacrificio, la responsabilidad, el trabajo bien hecho… y ahora parecen no tener importancia.
P.- ¿Qué importancia tienen las tradiciones en estos tiempos tan poco analógicos?
R.- Es ese discurso sólido al que todos necesitamos agarrarnos. La tradición es una responsabilidad o también una losa, pero, sobre todo, un significado. Cuando consigues comprender que heredas una “carga” a la que tú dotas de tu propio significado, es cuando llegas a ser feliz.
P.- ¿Por qué vinculamos tradición a religión rancia?
R.- Porque hay una politización de todo, contra la que yo lucho. No puede ser que solo vayan a misa los de derechas o que las feministas solo sean de izquierdas. Tendría que estar superado. El mundo ha cambiado. (…)
