África

La sorpresa inesperada del Papa en Mauricio: unos hinchas del San Lorenzo





Francisco pasó apenas ocho horas en Isla Mauricio, pero convulsionó en las entrañas a toda su población. De ello da fe el salesiano chileno Heriberto Cabrera, delegado de la Pastoral de Juventud de la Diócesis de Port-Luis, quien acudió al encuentro del Pontífice junto a un nutrido grupo de entusiastas jóvenes.

Todos ellos, en homenaje a Bergoglio, iban ataviados con una camiseta con los colores blaugrana del San Lorenzo de Almagro (el equipo del que es aficionado en su Argentina natal) y su nombre en español, “Francisco”, sobre el dorsal 9, en referencia al día de su visita.

“Hace ya varios años –detalla Cabrera a Vida Nueva– que los jóvenes querían que Francisco viniera a Isla Mauricio. De hecho, cuando estuvimos en la JMJ de Polonia, una joven de la delegación dejó en la silla del Papa una cartita invitándole a venir. Después, durante estos últimos dos años, hemos participado en todos los encuentros de Roma para la preparación del Sínodo sobre los Jóvenes, siendo invitada al Sínodo una chica de nuestro país”.

Espera confiada

En enero, en Panamá, Olivier volvió a invitar al Papa cuando lo acogió, junto a una joven africana, en la bienvenida en la Cinta Costera. Claro que no quiero atribuir su venida a las invitaciones de los jóvenes, pero esto demuestra que “le han esperado desde hace mucho y han hecho todo lo que estaba en su mano para decirle cuánto le quieren”, completa el misionero.

Su propio grupo juvenil fue el encargado de animar las tres horas previas a la misa en el Marie Reine de la Paix, combinando los cantos, las oraciones, los bailes y el rosario. En la ceremonia, punto central del viaje, junto a la visita a la tumba del beato Laval, los chicos atrajeron muchas miradas con sus camisetas, e incluso fueron entrevistados en televisión.

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