Vaticano

Arturo Sosa alerta: las críticas a Francisco buscan “influir en la elección” del siguiente Papa

  • En un encuentro en la asociación de la prensa extranjera en Roma, el superior de los jesuitas asegura que Francisco pretende hacer realidad “la Iglesia soñada por el Vaticano II”
  • Considera que “no es una utopía” que se celebren “elecciones libres en Venezuela” y señala que “un conflicto armado no llevará a una solución” en el país caribeño





Para Arturo Sosa, superior general de la Compañía de Jesús, las críticas que recibe Francisco por parte del sector más conservador de la Iglesia católica son “una forma de influir en la elección del próximo Papa”. Ante la constatación de que Jorge Mario Bergoglio tiene ya 82 años y que, por tanto, su pontificado “no será el más largo de la historia”, sus detractores tienen ya la vista puesta en en “su sucesión” porque saben que “no van conseguir cambiar la línea” del actual obispo de Roma.

En un encuentro en la asociación de prensa extranjera en Italia celebrado ayer, este venezolano que lleva al frente de los jesuitas desde hace tres años consideró que los ataques a Francisco responden al pulso para intentar convertir en realidad “la Iglesia soñada por el Concilio Vaticano II”, como pretende Bergoglio. Esta voluntad explica tanto sus pertinaz rechazo del clericalismo como su “promoción de la sinodalidad”.

Aterrizar Laudato Si’

Pese a las críticas internas recibidas con motivo de los pasados Sínodos sobre los jóvenes y la familia o de cara a la asamblea de obispos del próximo octubre sobre la Amazonia, el Papa está “muy sereno” y continúa con la firme voluntad de aplicar el Concilio Vaticano II, aseguró Sosa. A su juicio, el encuentro sinodal del mes que viene resultará determinante porque Francisco “quiere aterrizar” dos de sus documentos magisteriales más importantes, como son la encíclica Laudato Si’ y la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. “El Sínodo debe concretar sobre el terreno su idea de ecología integral”.

En su comparecencia ante los corresponsales extranjeros, el superior de la más numerosa de las congregaciones masculinas, al contar con más de 15.000 religiosos, repasó las nuevas ‘preferencias apostólicas universales’ de la Compañía, las líneas guía marcan el devenir del instituto y que fueron “aprobadas y confirmadas” el pasado febrero por el Papa. Sus cuatro puntos son: promover el discernimiento y los ejercicios espirituales, caminar con los excluidos, viajar con los jóvenes y cuidar de la casa común.

Elecciones libres para Venezuela

Al hablar sobre la situación de Venezuela, Sosa reconoció que sigue con “dolor la angustia cotidiana” del país debido a la grave crisis política, social y humanitaria. Denunció una vez más “las violaciones de derechos humanos, del marco jurídico y constitucional” abogando ya no por un “cambio de Gobierno”, sino por un “cambio de todo el sistema político, porque el actual ha demostrado su fracaso”. Para ello propuso la convocatoria de “elecciones libres”, de las que pueda emerger “un consenso” que propicie “una nueva voluntad política”.

La Iglesia católica lleva años “tratando de aliviar el sufrimiento de la población”, como refleja la asistencia ofrecida por las más de 800 escuelas populares católicas, muchas de ellas vinculadas a la Compañía de Jesús. Preguntado por la dificultad de celebrar comicios con plenas garantías democráticas, aseguró que esta posibilidad “no es una utopía” y subrayó que “un conflicto armado no llevará a una solución en Venezuela”.

Señales con los nuevos cardenales

Sosa también hizo referencia a los tres jesuitas que serán creados cardenales por Francisco en el consistorio del próximo 5 de octubre. Se trata de Michael Czerny, subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente del la Comisión de las Conferencias Episcopales del la Unión Europea; y Sigitas Tamkevicius, arzobispo emérito de Kaunas (Lituania) que sufrió la represión durante el régimen soviético.

A este último lo calificó de “mártir en vida”, por lo que su creación cardenalicia supone “una señal de reconocimiento a los cristianos que han resistido tantos años en aquella zona”. Que Hollerich vaya a recibir la birreta lo consideró “un mensaje para la unidad de Europa”, mientras que en el caso de Czerny, lo explicó por su labor a favor de los migrantes, “un tema en el que el Papa marca una diferencia entre los líderes mundiales”.

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