El Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), ubicado en la ciudad de Querétaro, dio inicio el pasado 12 de septiembre a su curso “México con M de Mito”, con el objetivo de que los participantes puedan entender a México desde la filosofía, la historia y el análisis político.
En entrevista para Vida Nueva, Fidencio Aguilar, director Académico y Coordinador de Ciencias Sociales y Jurídicas del CISAV, explicó que lo que se busca es dotar a los alumnos de elementos para el análisis de los fenómenos histórico-políticos, así como herramientas intelectuales para acercarse a la realidad mexicana: “a lo que, como nación, hemos querido ser y no lo hemos logrado del todo, y saber qué es lo que necesitamos para abrir esos caminos aspiracionales y de verdadera esperanza”.
El humanismo que está faltando
El curso es impartido por filósofos del CISAV e historiadores del Colegio de Michoacán, y se estudiarán las corrientes partidistas que se generaron después de la Revolución Mexicana; y cómo evolucionaron algunas otras corrientes heterodoxas, “planteando también los horizontes de un humanismo que, a nuestro modo de ver, le está faltando a México”. Fidencio Aguilar agregó que esto último se verá en uno de los módulos que abre un camino a un humanismo de carácter político.
Continúo: “Un tercer aspecto es el análisis político; aquí se van a estudiar las diferentes teorías del sistema político mexicano, así como la denominada Cuarta Transformación, y se va hacer una prospectiva de México; es decir, qué es posible esperar en estas circunstancias”.
Con relación al título del curso, expresó que se le denominó “México con M de Mito” porque “en nuestro país solemos leer la historia a partir de dicotomías: los buenos contra los malos, los liberales y los conservadores; es así que vemos la necesidad de que clarifiquemos, ya que ese lenguaje provoca la creación de mitos. La idea del curso es analizar la historia de México en un sentido historiográfico, pero también nos va a dar las bases para que entendamos lo que son mitos en el sentido de visiones inadecuadas o visiones que no tienen que ver con la realidad histórica, política o cultural”.
Para entender los retos y desafíos
Fidencio Aguilar insistió en que lo que se busca con esta formación es lograr una conciencia histórica adecuada, robusta, que permita a los mexicanos entenderse y entender los desafíos y los retos que en este tiempo es necesario afrontar y tomar para salir adelante como sociedad; “es importante la conciencia histórica, no podemos vivir con una conciencia histórica deformada, necesitamos una conciencia histórica saludable”.
Al citar a Octavio Paz en el libro “El laberinto de la soledad”, Fidencio Aguilar destacó la importancia de que los mexicanos conozcan el México precolombino “que tiene que ver con lo indígena, y el México virreinal que tiene que ver con nuestra historia; muchas ciudades fueron construidas en ese periodo; y desde luego el México que con la Revolución llevó a una conciencia de lo que debía y podía ser, este México que se descubre necesitado de justicia social, necesitado de bien común”.
Por lo anterior, aseguró que “sin conciencia social los pueblos no maduran, se desintegran y se vuelven meros conglomerados de masas, y no queremos ser eso; por el contrario, queremos ser una nación que ha caminado a lo largo de los siglos y que sin duda irá caminando, pero también una sociedad donde todos tengamos lugar y reconozcamos al otro en lo que es y en lo que vale por ser persona”.
¿Es prematura la “Cuarta Transformación”?
Y al referirse al término “Cuarta Transformación” -empleado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para denominar lo que es su gobierno-, y que será analizado durante el curso, explicó: “Se hará un análisis histórico-político de estos términos para ver si están o no a la altura de nuestro tiempo; se trata de analizar esta denominación y ver si corresponde o no con la perspectiva de los estudios históricos, la perspectiva de la filosofía y del propio análisis político, hasta dónde esta denominación corresponde a la historia de nuestro país, o si es muy prematuro calificarlo así y plantearlo de esta manera”, dijo.
Para el académico, tanto la Iglesia como el Estado tienen un interés común, que es el interés de los ciudadanos, y en ese sentido es necesaria esa vinculación entre el gobierno y las Iglesias; “mientras esa vinculación sea para atender que estas libertades religiosas o de pensamiento se protejan, se garanticen, creo que vamos por el camino correcto”.
El curso tendrá una duración de 14 sesiones, un día cada semana, y concluirá el 10 diciembre.