“La misión no es hacer, sino sobre todo ser reflejo de la voluntad de Dios”. Con estas palabras el arzobispo de Pamplona-Tudela, Francisco Pérez, dio por inaugurado el Congreso Nacional de Misiones, con motivo del Mes Misionero Extraordinario convocado por el Papa Francisco. La casa jesuita Maldonado de Madrid acoge desde hoy y hasta el domingo este encuentro en el que participen.
Frente a dificultades “francamente infranqueables”, Pérez subrayó que “no podemos quedar como zombis”, subrayó el presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, convencido de que “la Iglesia deber ser kerigmatica y anunciar: Dios te quiere”.
En este sentido, hizo un llamamiento a los participantes a ser profetas en medio del mundo, pero también en clave intraeclesial: “No podemos ser misioneros si no vivimos en comunión, distintos y diversos, pero todos uno”, comentó.
“Hemos de dialogar llevando siempre dentro de uno la verdad, la justicia, el amor y la misericordia”, apuntó, para a renglón seguido defender que “el diálogo no es perder el don que uno tiene, sino regalarlo, proponiendo, no imponiendo”.
“Quiero tener presente a nuestros mártires”, subrayó el prelado durante su intervención, que quiso reconocer a aquellos que “entregan su vida en el día a día, en el silencio”. “En ellos no brilla la noticia, que es lo que se busca en el mundo de hoy, sino la entrega”. “El gran hito de la historia es el hijo de Dios que ha salido de la Trinidad para pisar la tierra. Los misioneros son hoy ese Cristo vivo”, añadió.
También ofreció un saludo de bienvenida el director de Obras Misionales Pontificias en España, José María Calderón. “La apuesta más fuerte que hemos hecho desde OMP es la formación”, subrayó para fundamentar la organización de este concreto, para matizar que la apuesta fundamental de este encuentro “no de misionología, sino de misiones, es hablar de forma clara y accesible”. “La misión no es un capricho, algo accesorio o acciones bonitas, sino un mandato que la Iglesia recibió de Cristo Jesús”, aseveró.
Calderón leyó una carta enviada por Jaime Alfonsín, jefe de la Casa Real española, en la que excusó la ausencia de los Reyes, “su afectuoso saludo extensivo a todos los asistentes del congreso y en especial a todos los misioneros españoles repartidos por el mundo animándoles en la importante labor social que desarrollan”.
En la sesión inaugural estuvieron presentes, entre otros, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, así como una nutrida representación de prelados españoles en territorios de misión como el obispo de la diócesis centroafricana de Bangassou, Juan José Aguirre, o el presidente de la Conferencia Episcopal de Ecuador, el comboniano Eugenio Arellano.