España

La paz de Dios frente a los muros del mundo: las conclusiones del Encuentro de Sant’Egidio





Maratón de palabras. Las que suman 400 ponentes en 27 mesas redondas. Frases comprometidas. Que no suenan a hueco. Ni a vacío. Tampoco a postureo o superficialidad. Porque nacen de la experiencia de haberse dejado la piel por los migrantes. Porque brotan de una reflexión profunda de quienes han sabido reconstruir una nación devastada por la guerra. Porque emanan de una oración al Dios de la vida en medio de la desesperación.

Palabras selladas por el compromiso. Que no se quedan en la autocomplacencia. Así son las millones de letras que han encumbrado a Madrid como capital del diálogo interreligioso en el acontecimiento eclesial de mayor calado, junto al reciente encuentro de jóvenes de Taizè, y desde que acogiera la JMJ en 2011. Del 15 al 17 de septiembre, la capital ha acogido la cumbre anual promovida por la Comunidad de Sant’Egidio, que en esta ocasión se vertebraba bajo el lema Paz sin fronteras.

Palabras cuyo eco sonaba a la vez a denuncia y esperanza desde que dio el pistoletazo de salida con una multitudinaria sesión inaugural en el Palacio de Congresos. Hasta la bandera el auditorio principal y varias salas aledañas. Desde allí, como anfitrión, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, instó a hilvanar la paz en lo concreto desde un postulado inicial: “Nunca dejemos de preguntarnos: ¿dónde está mi hermano?”. Ya en esta primera intervención abordó el que sería un tema latente de todo el encuentro: el hecho migratorio. Así, urgió a la comunidad internacional a “ser creativos para hacer posibles pasillos humanitarios en todas las circunstancias donde la dignidad del hombre se vea amenazada”.

No se quedó atrás Filippo Grandi, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados, que ejerció de acicate a los países del primer mundo: “Retóricas como el ‘nosotros primero’ no solo son moralmente erróneas, sino también inútiles”. Lamentó que en Europa se manipule “políticamente” al extranjero y llamó a los países a fomentar la cooperación y a no perderse en “cómo repartimos a cinco personas o qué puerto puede recibir un barco”.

Se quema el Amazonas y se quema también nuestra política, cuando tenemos líderes que se dejan llevar por la corrupción o utilizan el pretexto de la identidad nacional para lanzarlo contra los migrantes”, expuso en ese acto inicial Jeff Sachs, profesor de Columbia.

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