El caso de los tres sacerdotes panameños acusados de conductas inapropiadas sigue al tapete, luego que la arquidiócesis de Panamá emitiera un nuevo comunicado, este lunes 23 de septiembre, en el que ha reiterado a la opinión pública que “hasta la fecha no ha sido informada de que exista alguna acusación en contra de alguno de los sacerdotes que prestan servicio en esta jurisdicción eclesiástica”.
La única evidencia presentada hasta el momento fue un vídeo difundido en redes sociales donde se ve a uno de los sacerdotes acusados con un joven venezolano en actos inapropiados dentro de un vehículo y que según su propio testimonio le habría pagado para mantener relaciones sexuales. Ipso facto, tras el escándalo suscitado, la arquidiócesis de Panamá suspendió a los presbíteros implicados, tal como lo han informado en un primer comunicado el pasado 21 de septiembre.
“Profundamente herida y avergonzada”. Así calificó la arquidiócesis de Panamá el sentir de la Iglesia local “al recibir informaciones sobre las conductas inapropiadas y escandalosas de los sacerdotes Rogelio Topin, Orlando Rivera y Karl Madrid, lo que ha motivado la decisión de separarlos de sus funciones y deberes”.
“Como consecuencia de la suspensión, los presbíteros señalados no podrán administrar ningún sacramento -eucaristía, reconciliación, bautismo, unción de los enfermos, ni ser testigos de matrimonio”, han dicho.
Una vez más desde esta jurisdicción eclesial han reafirmado “su irrestricto compromiso con la búsqueda de la verdad y la justicia, único camino para una verdadera reparación y sanación de nuestra Iglesia” pese a “la fragilidad y los pecados de sus miembros”.
Finalmente – fuentes cercanas a Vida Nueva – han expresado que “hay que distinguir el delito según el Derecho Canónico del delito según la Ley Penal”, por lo cual será necesario que las víctimas formulen también judicialmente las acusaciones. Por ahora estos curas están “bajo investigación canónica por su vinculación a hechos escandalosos”.
Foto: Zona Cero