El papa Francisco ha recibido hoy, 26 de septiembre, a las participantes en la I Asamblea General de Talitha Kum, la red intereclesiástica de religiosas contra la trata de personas. Por este motivo, Francisco ha querido reconocer y agradecer el trabajo de las monjas “ante una realidad tan compleja y dramática”. Y es que, en solo diez años, la red ha llegado a coordinar 52 redes religiosas presentes en más de 90 países en todos los continentes. Los números de su servicio hablan por sí mismos: dos mil trabajadores, más de quince mil víctimas de trata asistieron y más de doscientas mil personas alcanzaron actividades de prevención y sensibilización.
En esta primera Asamblea, Talitha Kum se ha fijado como objetivo la evaluación del progreso realizado durante sus diez años de recorrido, para así poder identificar cuáles serán sus prioridades misioneras para los próximos cinco años. Para ello, como ha señalado el Papa, “han decidido discutir dos cuestiones principales relacionadas con el fenómeno de la trata”. Por un lado, “las grandes diferencias que aún marcan la condición de la mujer en el mundo, derivadas principalmente de factores socioculturales” y, por otro lado, “los límites del modelo de desarrollo neoliberal”.
“Si bien todo esto es importante”, ha continuado, “estos no son los únicos desafíos a los que nos enfrentamos”. Por ello, desde la Sección de Migrantes y Refugiados del Departamento para el Servicio Integral de Desarrollo Humano se han publicado este mismo año las ‘Directrices pastorales sobre la trata de personas’, un documento que explica “la complejidad de los desafíos actuales y ofrece indicaciones claras para todos los trabajadores pastorales que desean participar esta zona”.
Unidad contra la trata
“Quiero renovar mi aliento a todas las instituciones femeninas de vida consagrada que han organizado y apoyado el compromiso de sus hermanas en la lucha contra la trata y en ayudar a las víctimas”, ha dicho el Papa, que ha invitado a las presentes a dar continuidad a este compromiso. “También hago un llamamiento a otras congregaciones religiosas, tanto femeninas como masculinas, para que se adhieran a esta obra misionera, poniendo servicios y recursos personales para que puedan llegar a todos los lugares”, ha subrayado, manifestando, además, que también es necesaria la colaboración de otras entidades y benefactores para que los apoyos contra la trata aumenten.
Teniendo en cuenta el alcance de los desafíos que plantea el tráfico, Francisco ha apostillado que “es necesario promover un compromiso sinérgico por parte de las diferentes realidades eclesiales”. “Mientras que, por un lado, la responsabilidad pastoral se confía esencialmente a las iglesias locales, por otro, es deseable que estos sepan cómo involucrar a las congregaciones religiosas masculinas y femeninas y a las organizaciones católicas presentes en su territorio en la planificación y la acción pastoral para hacer el trabajo de la Iglesia más oportuno y efectivo”, ha explicado, ya que, en la lucha contra la trata, “las congregaciones religiosas están cumpliendo su tarea de animación carismática de las Iglesias locales de una manera ejemplar”.
“Sus intuiciones e iniciativas pastorales han allanado el camino para una respuesta eclesial urgente y efectiva”, ha subrayado. Sin embargo, el Papa ha querido recalcar que “el viaje de la vida consagrada, tanto femenina como masculina, es el camino de la inserción eclesial”, ya que, fuera de la Iglesia y en paralelo con la Iglesia local, “las cosas no funcionan”.