“Si los avances tecnológicos se convirtieran en la causa de desigualdades cada vez más marcadas, no podríamos considerarlos como un progreso real”. Con estas palabras ha advertido el papa Francisco a los participantes en el seminario ‘El bien común en la era digital’, promovido por el Pontificio Consejo para la Cultura y por el Departamento para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, que se celebra en el Vaticano del 26 al 28 de septiembre de 2019. “Si el llamado progreso tecnológico se convierte en un enemigo del bien común, conducirá a una desafortunada regresión a una forma de barbarie dictada por la ley del más fuerte”, ha subrayado.
Por ello, el Papa ha querido agradecer a los presentes –expertos en tecnología, economía, robótica, sociología, comunicación, ciberseguridad, filosofía, ética y teología moral– ya que, con su trabajo “se comprometen en un esfuerzo de civilización, que también se medirá con el objetivo de reducir las desigualdades económicas, educativas, tecnológicas, sociales y culturales”. Y es que, ante una realidad en la que el desarrollo tecnológico, especialmente en inteligencia artificial, “presenta implicaciones cada vez más significativas en todos los sectores de la acción humana”, Francisco considera “más necesarios que nunca” los debates abiertos entre diferentes disciplinas.
Citando Laudato si’, el Papa ha subrayado que “el beneficio indiscutible que la humanidad puede obtener del progreso tecnológico dependerá de la medida en que las nuevas posibilidades disponibles se utilizarán de manera ética”. Una correlación que requiere que, “junto con el inmenso progreso tecnológico en curso, haya un desarrollo adecuado de responsabilidad y valores” ya que, de lo contrario, “se impondrá un paradigma dominante, el paradigma tecnocrático”, el cual “promete un progreso incontrolado e ilimitado, y tal vez incluso elimine otros factores de desarrollo con enormes peligros para toda la humanidad”.
Ética de libertad
“Un mundo mejor es posible gracias al progreso tecnológico”, ha afirmado el Papa, siempre y cuando esto vaya acompañado “de una ética basada en una visión del bien común, una ética de libertad, responsabilidad y fraternidad, capaz de fomentar el pleno desarrollo de las personas en relación con los demás y con lo creado”.
El seminario, que ha reunido a expertos en diversas disciplinas, se desarrolla con un objetivo “bastante ambicioso”: el de alcanzar criterios y parámetros éticos básicos, capaces de proporcionar pautas sobre las respuestas a los problemas que plantea el uso generalizado de las tecnologías. “La humanidad se enfrenta a desafíos sin precedentes y completamente nuevos”, ha dicho Francisco, “y los nuevos problemas requieren nuevas soluciones”.
Por eso, ha señalado que el respeto por los principios y la tradición “siempre debe vivirse como una forma de fidelidad creativa y no de imitaciones rígidas o reduccionismos obsoletos”. “Los problemas que ha sido llamado a analizar conciernen a toda la humanidad y requieren soluciones que puedan extenderse a toda la humanidad”, ha añadido el Papa. Y es que la única forma de “defender la dignidad de cada persona” es “no disociarlo del bien de cada individuo.
