La Iglesia colombiana sigue las acciones en sus 76 jurisdicciones eclesiales en el marco de la 105° Jornada Mundial del Migrante y Refugiado a la que el papa Francisco ha convocado este domingo 29 de septiembre. En esta ocasión en la sede la Conferencia Episcopal, en Bogotá, realizó el foro “Cultura del encuentro y de la hospitalidad”, coordinado por Cáritas Colombia, la comisión arquidiocesana de Movilidad Humana y miembros de la Red Clamor – capítulo nacional –, bajo el apoyo de Puentes de Solidaridad.
Unos 100 asistentes compartieron con destacados especialistas en materia para dar una mirada del trabajo eclesial que se desarrolla en el país en favor de los migrantes y refugiados. Además este espacio de reflexión sirvió para tomar mayor conciencia sobre la situación, especialmente de los venezolanos que según cifras oficiales en Colombia están radicados más de 1 millón 400 mil.
El foro dio inicio con la participación Manuel Oviedo, representante del Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas (Acnur) capítulo Colombia, quien hizo la presentación del Pacto Global de Refugio. Acto seguido Diana Olaya, subdirectora de identificación, caracterización y relaciones de la Secretaría de Integración de Alcaldía de Bogotá, ha descrito la acción que en conjunto con la arquidiócesis vienen realizando desde hace 2 años, “hemos venido desarrollando una serie de acciones enmarcadas en una ofertas de servicios de articulación institucional”, ha dicho.
El cierre de este primer panel estuvo a cargo de Juan Thomás Ordoñez, investigador del Semillero de migración de la Universidad del Rosario, y la religiosa scalabriniana Teresinha Monteiro, secretaria ejecutiva del Centro de Atención del migrante de la Arquidiócesis de Bogotá, quienes han detallado sus experiencias y aprendizajes en la cultura del encuentro y la hospitalidad.
Un segundo panel integrado por migrantes de Siria, Angola, Irak y Nicaragua han narrado sus historias de vida en Colombia, de cómo fue su tránsito y proceso de integración. Al respecto Lina Peña, coordinadora de Puentes de Solidaridad en Colombia, ha explicado que “presencia de los migrantes y de los refugiados, como en general de las personas vulnerables, representa hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana y de nuestra humanidad”.
El llamado de la agente pastoral es a “no adormecerse con un estilo de vida lleno de comodidades. Razón por la cual, “no se trata sólo de migrantes”, lo cual “significa que al mostrar interés por ellos, nos interesamos también por nosotros, por todos; que cuidando de ellos, todos crecemos”.
También durante esta jornada fue propicia la entrega del manual de talleres pedagógicos titulado “No son solo migrantes, son personas”, una publicación de Cáritas Colombia que ha editado con el fin de sensibilizar a la población en pos de “edificar la ciudad de Dios y de la persona humana desde acoger, proteger, promover e integrar a las comunidades migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de trata”.