Puentes de Solidaridad es una iniciativa creada por el propio papa Francisco para responder ante la crisis migratoria venezolana que impacta gran parte de América Latina y así fortalecer la acción que las Conferencias Episcopales llevan adelante en favor de migrantes, refugiados y víctimas de trata. Desde su lanzamiento en mayo 2018 han sido muchos los frutos cosechados, por ello Vida Nueva ha conversado con el sacerdote Flavio Lauría, coordinador general, y Martina Maini, secretaria general ejecutiva, para mirar el camino andado a propósito de la celebración del 105° Jornada Mundial del Migrante y Refugiado.
A la fecha este programa vaticano ha involucrado a 10 conferencias episcopales: Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil, Paraguay, Argentina, Uruguay y Venezuela. “La idea desde el comienzo no era comenzar cosas nuevas, sino reflexionar desde cada conferencia episcopal, cuáles eran los servicios que se brindaban y cuáles debíamos potenciar”, ha explicado Martina Maini.
Hacia otras partes del mundo
Si bien la iniciativa surge dentro del contexto de las necesidades de la población venezolana que en la actualidad mayores necesidades tiene, Puentes responde también los clamores de cualquier migrante sin importar su nacionalidad. Así lo ha explicado Flavio Lauría, quien durante años fue párroco del emblemático Santuario Nuestra Señora Madre de los Emigrantes del barrio de La Boca, en Buenos Aires.
Ha recordado que durante una celebración del día del migrante en septiembre pudo compartir con el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio. “Él siempre tuvo un interés particular por el tema de migrantes, la lucha contra la trata y la explotación”, ha dicho.
Sin imaginar que hoy estaría al frente de una de las iniciativas ‘bandera’ en materia de acción pastoral migratoria de las conferencias episcopales de América Latina, el presbítero afirma que “es deseo de la Sección de migrantes del Vaticano poder replicar esta experiencia en otras regiones del mundo”.
De mano con la red Clamor
El sacerdote argentino también ha indicado que durante este año a través de Puentes de Solidaridad han podido trabajar codo a codo con la red Clamor, que a su juicio “ésta pone sobre la mesa todas las fortalezas que hay en red de América Latina y el Caribe para que cada uno sepa que es lo que está haciendo el otro”.
“Será clave trabajar cada vez más en un proyecto trasnacional y ser garantes de la difusión de los resultados del mapeo de obras y servicios de la Iglesia que la red Clamor adelanta”, ha indicado.
Recuento de acciones
Por su parte Martina Maini ha hecho un resumen de la acción en estos últimos años en el fortalecimiento del trabajo de las conferencias episcopales. Por ejemplo, en Bolivia y Perú han apoyado el trabajo de las casas de acogida. En Chile van de la mano con las delegaciones que atienden a las poblaciones migrantes y responder a necesidades específicas de regulación migratoria, bolsas de empleo y asistencia legal.
En Argentina colaboraron con las casas de acogida, como también con iniciativas de inserción educativa y orientación laboral, en particular con lo concerniente a la convalidación de títulos y acceso a universidades. En Venezuela han promovido terapias de acompañamiento a familiares que han quedado en el país tras el dolor de la separación.
En caso de Colombia han acompañado procesos formativos de agentes pastorales, además han apoyado la acogida y acompañamiento de la población solicitante de asilo y refugiados brindando atención psicosocial y jurídica. También han dado ayuda a casas de paso en el país y realizado iniciativas de campañas para presentar narrativas positivas sobre los flujos migratorios y acciones de incidencia de política públicas dentro de los marcos normativos de respuestas que el gobierno da a la población.
Diversidad que enriquece
Frente a la negativa de algunos gobiernos de la región en facilitar el paso de migrantes en sus fronteras ha invitado al diálogo. “Escuchen y reconozcan al otro como una persona con derechos, migrar no es delito, los flujos migratorios existen desde que existe la humanidad”, ha pedido.
“La Iglesia siempre seguirá presente, inspirada en los cuatro verbos del Papa, porque no se detiene ante las realidades políticas que a veces chocan con la acción pastoral. Es importante integrar para bajar los niveles de xenofobia, pues en la integración reconocemos en el otro una diversidad que nos enriquece, recordamos el verbo integrar. Reconocer al otro en el hermano”.