Getafe tiene un plan. De evangelización. Como clausura al Congreso ‘Sus heridas nos han curado’ celebrado en el Cerro de los Ángeles en el que han participado más de 3.000 personas, la diócesis madrileña llevó a cabo la puesta de largo de una iniciativa que en los próximos tres años buscarán impulsar la caridad, la sinodalidad y la fe.
“Se trata de un plan de evangelización de todos y para todos. No son palabras, es una realidad”, apuntó el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, que planteó que “queremos hacer una Iglesia sinodal, en la que caminamos juntos, cada uno desde nuestros ministerios y nuestros carismas”. No en vano cada uno de los desafíos planteados para el próximo trienio, son fruto de un trabajo en el que han participado con sus propuestas a lo largo del curso pasado las diferentes realidades eclesiales presentes en la diócesis.
“Queremos poner un empeño en el plan tanto la necesidad de acrecentar la identidad diocesana en una Iglesia local que tan solo tiene 28 años, además de promover la comunión de la Iglesia. Muchas veces se nos quiere presentar al mundo como una Iglesia dividida y no es verdad”, añadió, a la vez que insistió en que “cualquier reforma en la Iglesia tiene que nacer de la vuelta a lo esencial y por eso nosotros queremos volver al Evangelio”.
“Tenemos que acoger a todas las sensibilidades de la Iglesia para que se sientan en casa y uno de mis grandes sueños es que la diócesis de Getafe sea una familia”, planteó sobre esta unidad en la pluralidad para dar el salto a ser “discípulos misioneros” en la línea marcada por el Papa Francisco en Aparecida. Sobre todo, al constatar que solo un dos por ciento de los ciudadanos de la diócesis de Getafe son católicos practicantes.
“Sin embargo, hay signos de esperanza que dicen que están creciendo los alumnos de religión en la escuela pública”, apuntó García Beltrán. Ante esta secularización creciente, advirtió: “No es el momento de la reacción, es el momento de la propuesta. La gente no vive en contra del cristianismo, simplemente no lo conocen. No van contra nosotros, simplemente nos ignoran porque no conocen al Señor”.
“De aquí no se escapa nadie”, bromeó el vicario general y para el clero, José María Avendaño, destacó el deseo de implicar a todos los sacerdotes, consagrados y laicos de la diócesis para sacar delante un plan que es fruto “de una historia de amor”. Avendaño puso en valor el primer año, centrado en la caridad, relatando el trabajo que se viene realizando en campos tan dispares como en los once hospitales diocesanos o en las cárceles. “No somos una ONG, anunciamos a Cristo muerto y resucitado en todas las dimensiones de la caridad”, aclaró.
Además, anunció que se pondrá en marcha una escuela diocesana de la Doctrina Social de la Iglesia, “que sigue siendo una asignatura pendiente. Junto a ello, desveló que ya se trabaja para abrir un albergue para los sintecho y buscará incrementar la atención a las familias heridas y desestructuradas. “Este año de la caridad queremos estar cerca de todos ellos, sabiendo que Cristo es nuestra fuente”, sentenció. Sobre el segundo año, centrado en la sinodalidad, hizo un llamamiento a los laicos “para acercarse a otros laicos que están en situaciones de exclusión y vulnerabilidad: la comunión y la atención a los pobres nos va a guiar”.
Por último cerró el turno de intervenciones el obispo auxiliar de Getafe, José Rico Pavés, expuso que el tercer año del plan de evangelización pretende “impulsar los procesos de iniciación cristiana, que muchos lo inician, pero otros lo abandonan”. “No funciona un proceso catequético solo enmarcado en el marco escolar o pensar que los sacramentos son celebraciones de despedida”, advirtió.