“Como personas Jóvenes Obreras y Cristianas sentimos que nuestro compromiso es actuar sobre aquellas injusticias que nos oprimen, nos precarizan y rompen nuestras perspectivas de futuro imposibilitándonos desarrollar nuestro proyecto de persona con dignidad”. Así lo expresa la Juventud Obrera Cristiana (JOC) en su manifiesto tras el acto masivo celebrado este fin de semana en Burgos en el marco de su campaña nacional ‘RelaciónARTE, juntas sumamos juntas cambiamos’, en el que han pedido “unas relaciones de justicia y cuidado”.
La JOC recalca que “este modelo de vida no nos paraliza, estamos convencidas de que juntas estamos preparadas para ‘buscar el Reino de Dios y su justicia’ (Mt 6,36) participando activamente de la cultura del encuentro con otros jóvenes”. Por ello, han reafirmado con este acto sus “convicciones más profundas como jóvenes cristianos y obreros, llamados a ser protagonistas para transformar un mundo donde las relaciones nos humanicen y nos dignifiquen como hijos del Dios de la ternura”.
Asimismo, en el manifiesto subrayan, una vez más, que el movimiento de acción católica especializada se sitúa “al lado de las personas más empobrecidas y manifestamos de esta manera la necesidad de dar respuestas colectivas que anuncien relaciones humanizadoras, sabiéndonos que junto a otras estamos haciendo posible una vida que ponga en el centro la dignidad de cada persona”.
Objetivos y conclusiones
La campaña surgió como resultado de una reflexión de todo el movimiento entorno a las relaciones de las personas jóvenes, contemplando sus vidas y las de aquellos que les rodean. Tras un análisis y acercamiento a la realidad juvenil “descubrimos carencias, oportunidades y dificultades de las personas jóvenes a la hora de relacionarnos”. Con este análisis se trazaron cinco objetivos:
- Analizar desde las relaciones que establecemos cómo jóvenes, que tipo de persona está configurando el sistema capitalista patriarcal.
- Descubrir qué aspectos, mecanismos, estrategias de la sociedad nos impiden desarrollarnos como personas libres, felices y con dignidad.
- Acercarnos y acompañar los distintos sentimientos que toda esta situación genera en la juventud.
- Encontrar a la luz del Evangelio, con la juventud como protagonista, relaciones saludables y humanizadoras.
- Promover la participación y el valor de lo colectivo como herramienta para transformar.
Partiendo de estos objetivos, han sacado seis conclusiones:
- El sistema ve a las personas jóvenes como consumidoras no como agentes transformadores activos de relaciones más justas y sostenibles.
- El uso cotidiano de dispositivos tecnológicos nos hace relacionarnos de manera más individualista provocando carencias en nuestras habilidades sociales.
- Observamos que los medios de comunicación, la publicidad, la educación sexista… son poderes que nos manipulan y nos proponen una manera concreta de ser y actuar asignando a cada género un patrón, estereotipos y etiquetas.
- Descubrimos muchas posibilidades positivas, como el acercamiento a aquellas personas queridas que por circunstancias se encuentran lejos; acceder a información objetiva de lo que pasa en el mundo, además de ser herramienta de denuncia y anuncio de unas relaciones justas.
- Este mundo-sistema pensado, planificado, construido y revisado mayoritariamente por el género masculino beneficiando a su vez a este sector de la población.
- Descubrimos en las dinámicas diarias que el ser género femenino significa en muchos de los casos estar al servicio del género masculino y sus necesidades.