Con la oración de vísperas a las 6 de la tarde en la Basílica vaticana comenzará de forma oficial el papa Francisco el Mes Misionero Extraordinario. Una iniciativa presentada hace un año en la asamblea de directores de Obras Misionales Pontificias (OMP) de todo el mundo que trata de celebrar de forma especial el centenario de ‘Maximum illud’, la carta apostólica de Benedicto XV que sentó las bases de una nueva forme de entender la misión ‘ad gentes’ en la Iglesia.
Vida Nueva, en esta primera jornada de este mes que llenará de propuestas los calendarios de las delegaciones de misiones de las diócesis, repasa las 10 claves del planteamiento de esta iniciativa para redescubrir el valor de las misiones en la Iglesia.
Octubre siempre ha sido un mes misionero ya que la campaña en torno al Domingo de la Propagación de la Fe, el DOMUND, ha tenido buena acogida en muchas comunidades cristianas. Pero, además, el 1 de octubre se celebra la memoria de santa Teresita del Niños Jesús, la joven carmelita francesa que sin salir de su convento de Lisieux se ha convertido en patrona de las misiones con san Francisco Javier.
La también doctora de la Iglesia estará presente en la oración presidida por el Papa ya que las vísperas corresponden a los textos litúrgicos de esta memoria. En la lectura se proclamará la parábola de los talentos (Mt 25, 14-30) que, leída desde la espiritualidad de santa Teresina es una invitación a la implicación personal en esta iniciativa.
El 20 de octubre es el domingo del DOMUND, una de esas jornadas eclesiales indispensables en las parroquias o en la pastoral de colegios y comunidades. Como siempre en el penúltimo domingo de octubre hay una magnífica expresión de solidaridad y de sensibilización sobre la labor misionera de la Iglesia. Una jornada puesta en marta en 1926 por Pío XI “para mover a los católicos a amar y apoyar la causa misionera”.
Y es que el DOMUND es una necesidad porque existen 27.000 instituciones sociales en los territorios de misión que dependen de jornadas como esta. Estos territorios representan el 24% de la Iglesia universal, una cuarta parte son parte de la Iglesia más necesitada. 1.111 diócesis del mundo, una tercera parte, son territorios de misión. Es la “fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal”.
Además este año coincide con la Asamblea Sinodal Especial sobre la Panamazonía convocada por el papa Francisco en 2017 para “encontrar nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, sobre todo de los indígenas, muchas veces olvidados y sin una perspectiva de un futuro sereno, también por la causa de la crisis de la foresta amazónica, pulmón de fundamental importancia para nuestro planeta”.
Revisar la evangelización de esta amplia región supondrá actualizar, en parte, la forma de hacer de la Iglesia en sus metodologías para la inculturación del mensaje cristiano en los territorios de misión. 34 millones de habitantes repartidos en 390 grupos étnicos estarán en el centro de las reflexiones de los Padres Sinodales para cumplir de forma más eficaz el mandato misionero de Jesús.
El punto de partida de este centenario es la carta apostólica ‘Maximum illud’ –que se traduciría literalmente como algo así como “lo más mayor”– de Benedicto XV. Un texto de 114 escuetos puntos que pusieron las bases de una nueva forma de hacer en las misiones católicas en lo que a diálogo con las culturas autóctonas se refiere. Y es que el documento pontificio habla por primera vez claramente de que los misioneros deben dejar de lado un europeísmo que arrasaba con todo rasgo de inculturación.
Los proyectos misioneros que se impulsaron en África o Asia dan buena cuenta del impulso que supuso la carta. Esta “carta magna” supuso que comenzase un auténtico “siglo de las misiones”.
La oración es el alma y el fundamento de la misión de la Iglesia: para apoyar el esfuerzo apostólico de los misioneros de Jesús dispersos por todo el mundo. Vigilias y celebraciones en estos días recordarán el trabajo de los misioneras y misioneras por todo el mundo. Se han impuesto oraciones propias como el Rosario Misionero teniendo en cuenta las intenciones de todos los continentes.
En esta ocasión también se ha buscado difundir el Rosario Viviente, impulsado por la venerable Paulina María Jaricot, fundadora de la Obra Misional de la Propagación de la Fe. La esperanza de Paulina era que el Rosario Viviente uniese a las personas, en cualquier parte del mundo, en una oración ferviente por la misión de la Iglesia.
El mes busca despertar la conciencia misionera más allá del donativo de rigor de estos días. 100 años después toca retomar el impulso misionero y dejar que este transforme la acción pastoral de la Iglesia para que sea más misionera, en las periferias de aquí y allá. Todos están invitados a anunciar el Evangelio y a propiciar la conversión misionera en todas las comunidades cristianas.
La misión tiene futuro y los terrenos de misión, en quienes habitan los que no conocen a Cristo, se van desplazando y reclaman la evangelización de las antiguas regiones marcadas por la cristiandad.
El lema para este mes y el DOMUND de este año es ‘Bautizados y enviados’, inspirado en la motivación del propio papa Francisco al convocar esta cita. Giampietro dal Toso, presidente de las OMP, ha explicado el lema recordando que “en el bautismo hemos recibido la vida divina, y, gracias a eso, somos profetas, es decir, anunciadores del misterio de Cristo, por Él enviados”.
“La celebración de este mes nos ayudará en primer lugar a volver a encontrar el sentido misionero de nuestra adhesión de fe a Jesucristo, fe que hemos recibido gratuitamente como un don en el bautismo. Nuestra pertenencia filial a Dios no es un acto individual, sino eclesial: la comunión con Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es fuente de una vida nueva junto a tantos otros hermanos y hermanas”, ha escrito el papa Francisco en el mensaje para la jornada.
La convocatoria del papa Francisco de este mes marca también 4 dimensiones para que ningún aspecto de la misión quede fuera de esta iniciativa. Considerar la integralidad de la tarea misionera ayudará a una vivencia más intensa.
Dichas dimensiones con el encuentro personal con Jesucristo vivo en su Iglesia –a través de la eucaristía, la Palabra de Dios, la oración personal y comunitaria–; el testimonio de los santos, los mártires de la misión y los confesores de la fe, expresión de las Iglesias dispersas en todo el mundo; la formación misionera en la Escritura, catequesis, espiritualidad y teología; y la caridad misionera.
Además de las iniciativas de OMP, el Mes Misionero Extraordinario también se vive en las redes. El Vaticano ha puesto en marcha una página web específica. En dicho espacio se puede descargar en varios idiomas una guía especial para vivir –en cualquier contexto– un montón de propuestas. Documentos, homilías, figuras de santidad, estudios teológicos sobre la misión y una oración componen este volumen.
“No se trata de un texto prescriptivo: nuestra verdadera intención es la de inspirar, sugerir y estimular la creatividad local”, se señala al comienzo de la guía. Evangelizar el continente digital sigue siendo un reto de nuestros días.
Una de las acciones de las OMP de España es poner ritmo al Mes Misionero gracias los raperos Grilex y Not From This World. “Cadena de bondades” es una composición dedicada a las misiones y a la importancia de implicarse y colaborar con ellas.
“Entra en acción… Ve por el mundo, sabes el rumbo… Cadena de Bondades… Sin miedo ni arrepentimiento, esto vale la pena. Transformando nuestras vidas como gusanos de seda. Llamados a ser la luz en mitad de las tinieblas. La sal que da sabor, dando amor, siento alegría plena. Esta felicidad es de todos, para todos los días”, dicen los primeros versos.