El Sínodo sobre la Amazonía que el papa Francisco inaugura el domingo con la misa que presidirá en la basílica de San Pedro del Vaticano tratará de abrir “nuevos caminos” para afrontar la triple crisis que vive esta región del mundo: climática debido al calentamiento global, ecológica a consecuencia de la contaminación y explotación, y social por culpa de la pobreza y la miseria. “En el fondo, se trata de cuidar y defender la vida, tanto de los seres humanos, especialmente de los indígenas que allí viven, como de la biodiversidad”, explicó este jueves el cardenal brasileño Claudio Hummes, relator general de la asamblea sinodal.
“El Sínodo tendrá que indicar caminos y soluciones y no solo denunciar el mal. Tengo confianza en que se encontrará un camino, porque estamos hablando de una cuestión que es una crisis mundial, una crisis grave y urgente, como dicen los científicos, y es necesario hacerlo hoy, porque más tarde será demasiado tarde”, insistió.
Al cardenal brasileño le tocó explicar una vez más en que la asamblea no supone una amenaza para la soberanía de los países de la región panamazónica, como teme el presidente brasileño, Jair Bolsonaro. “Hemos aclarado al Gobierno que la Iglesia católica tiene una experiencia diferente a las otras instituciones. Estamos allí y tenemos una experiencia real en la Amazonía”, dijo.
Mujeres sin voto
Junto a Hummes participó en la presentación de este evento eclesial que se prolongará hasta el 27 de octubre otro purpurado, Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo, quien aseguró que en este Sínodo habrá más presencia femenina que en anteriores convocatorias. Serán 35 las mujeres participantes: 29 auditoras, de las que 18 son monjas, dos invitadas especiales y cuatro expertas, de las que dos son religiosas. Al ser preguntado por el hecho de que ninguna de ellas pueda votar en la asamblea, Baldisseri recordó que el reglamento prevé que sólo los obispos puedan hacerlo.
El secretario general de la asamblea destacó además que serán 17 los representantes de los pueblos indígenas panamazónicos, de los que 9 son mujeres, y explicó cómo se ha organizado la asamblea para que tenga el menor impacto ambiental posible. Las inscripciones se han realizado a través de Internet para reducir el gasto de papel y se ha tratado de limitar al máximo el uso de plástico, por lo que los vasos que se usen son de un material biodegradable.